De hecho, así se les comenzó a llamar en la red. Las ilustraciones muestran de manera pedagógica y gráfica todo lo que se puede hacer en una hamaca, con dos personas con caracterizaciones indígenas. De ahí el nombre que ha circulado en Internet y se ha hecho viral en todos estos años.
Por supuesto, no se sabe a ciencia cierta si esta civilización practicaba estas posiciones sexuales y las patentó como parte de su legado, aunque las ilustraciones estén acompañadas de un símbolo del horóscopo maya y un animal.
Ahora bien, estas posiciones son las que ilustran el famoso libro del politólogo venezolano Carlos Torrealba, quien mostró, a través de 60 posiciones sexuales, cómo se podía tener sexo en una hamaca paraguaya.
Según Torrealba, para quien la sexualidad es ‘el primer lenguaje’, “no hay que ser malabarista para lograr la satisfacción en una hamaca, basta con intentarlo, es un mundo de posibilidades placenteras, te podés agarrar de cualquier parte, con los pies y con las manos. Además es anatómica, no importa si eres flaco o gordo”, afirmó en BBC hace tres años. En ese mismo año, también afirmó que en Caracas, más del 30% de las personas tenía hamacas, usadas a veces con fines sexuales.
Pero eso no es lo único: en Latinoamérica, sobre todo en regiones de clima cálido, este artefacto es un elemento de uso común para el descanso y relax. También para el sexo. El Hamacasutra solo tiene un secreto para hacer de la hamaca un lugar de diversión: mecerse mucho, y también tener creatividad a juego.
Por ahora, estas imágenes se han hecho parte de la cultura viral al considerarse una versión alternativa al Kamasutra. ¿Lo intentarían?
