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Nuevos o usados, el paraíso de vinilos que debes visitar en DF

“El disco raro”, dice Wilfrido Solís es el que se vende más caro

Hace cinco años la venta de discos de vinilo en la avenida Balderas de la Ciudad de México estaba dirigida sólo a coleccionistas, pues nadie más apostaba a la nostalgia de una época que había caducado.

Hoy, ante el regreso de este formato y la fuerza que recobra a nivel mundial, decenas de personas visitan a diario los puestos de la popular calle, cercana a las estaciones del Metro Balderas y Juárez, para buscar los discos de acetato de sus artistas favoritos, ya sea por recuerdo, fidelidad o moda.

Enoch Berrocal conserva su puesto desde hace 13 años. Ahí, de lunes a sábado de las 9:00 a 18:00 horas, vende discos de todo, pero básicamente de corte popular, rock nacional, jazz y música disco, pues son los géneros que más le piden y cada tercer día procura traer nuevos títulos para complacer a sus clientes.

“Javier Solís, Jorge Negrete y todos los artistas de la Época de Oro del cine mexicano es lo que más se me vende”, explicó Enoch, quien compra cada unidad en cinco, ocho y 10 pesos y las comercia desde 10 y hasta 200 pesos, según el artista.

Él adquiere los discos con personas que ya no los ocupan y desean deshacerse de ellos para hacer espacio en su casa. Se los venden o se los regalan. Algunos son usados y otros nuevos.

“Si son usados, me los llevo a mi casa para calarlos uno por uno en mi tocadiscos. En caso de que tengan alguna falla, los limpio con agua, alcohol rebajado y una franela gris a fin de corregirla, pero si ya están muy rayados, difícilmente mejorará”, comentó.

Antes, el negocio no daba para vivir, por eso algunos de sus hermanos se retiraron de él. Ahora, dice Enoch, “sale aunque sea para comer, vestir y los camiones”.

Le compra gente de todo tipo, jóvenes y adultos. Pero un día le sorprendió que una chica le solicitara uno de Emilio Tuero, pues heredó el gusto de su papá.

“El disco raro”, dice Wilfrido Solís es el que se vende más caro. Se refiere a los que son de importación, de tiraje mínimo en su momento y a los de artistas de fama internacional como The Beatles, Creedence, Madonna y The Rolling Stones.

“Yo los vendo desde 10 hasta 120 pesos y depende del género y del artista, también de su presentación, pues se debe cuidar que el disco se encuentre en buen estado, sin rayón, que la pasta no esté rota, pintada o maltratada”, indicó.

Si alguno está rayado será imposible venderlo, por eso no se arriesga a comprarlo. Pero si se trata sólo del plástico que los envuelve o el forro en su interior, no hay problema, los compra por mayoreo y se los coloca “para que parezcan como nuevos”.

“Le pongo celofán y le cambio las fundas. El celofán lo compro por ciento y me lo dejan en 180 pesos; las fundas me cuestan 150 pesos el ciento, pero vale la pena invertirle para dar a un mejor precio cada disco”, señaló Wilfrido, quien tiene otro negocio en la colonia San Felipe de Jesús y se nutre de unos 25 mil títulos.

Manuel Reyes es consumidor de acetatos desde que era niño, pues aunque la moda volvió, el joven de 30 años presume que de él nunca se fue.

“La gente está acostumbrada a escuchar mal y a mí no me gusta, por eso compro los vinilos, pues tienen mejor fidelidad que el formato MP3. Busco títulos raros, de colección, de rock o de orquestas, me gusta rescatar la música vieja que me nutra”, admitió Reyes, quien en 2009 pagó mil 300 pesos por un álbum de Led Zepellin.

Guillermo López, originario de Tampico, Tamaulipas tiene 88 años y se detuvo en uno de los establecimientos de la calle Balderas para buscar discos de las décadas de los 30 y los 40. Luego de revisar varios, halló uno especial, el del cantante Fernando Fernández.

“Es probable que lo encuentre en disco compacto, pero no me interesa comprarlo así, prefiero éste porque me recuerdan muchas cosas de mi niñez, me llena de nostalgia”, expresó con voz entrecortada.

Desde hace 18 años, Miguel Ángel Sánchez vende en Balderas, pero la tradición viene desde las afueras de El Chopo.

“El precio de los discos va de los 20 hasta 2 mil pesos porque nosotros también los conseguimos por encargo, incluso los más difíciles, los más especiales. Para nosotros es una buena noticia saber que el vinilo está de regreso, porque es nuestra fuente de ingresos económicos y ojalá nunca más vuelva a desaparecer”, concluyó.

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