Páginas de internet, aplicaciones celulares y redes sociales siguen de cerca cada paso que damos, cada sitio que visitamos y cada “like” o “share”, pero ¿hasta qué punto nuestras conversaciones, mensajes y datos personales están asegurados? ¿Pueden los gobiernos pedir que nuestra información sea liberada? Una reciente polémica en Estados Unidos podría ser la antesala para eliminar nuestra confidencialidad en la red.