Héctor Garnelo aún recuerda aquel momento -hace cuatro años- cuando lo calificaron de “loco”, al proponer convertir un Volkswagen en una pieza artesanal y única en su tipo: el Vocho Teotihuacano.
“Solamente a un loco se le hubiera ocurrido y ahí está mi locura”, expuso Garnelo Navarro, al señalar el automóvil modelo 1994 que regresó a México después de ser exhibido siete meses en Alemania.
Cuenta a Notimex que los alemanes estaban vueltos “locos” por apreciar parte de la cultura mexicana sobre una carrocería cubierta por más de 19 mil 800 piedras semipreciosas, como obsidiana, jade y cuarzo-aventurina.
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