En México, casi la mitad de mujeres que dan a luz tiene partos por cesárea, el 48.7% exactamente. Nuestro país tiene uno de los índices más altos de partos de este tipo entre madres primerizas en el continente americano, superado sólo por Brasil, de acuerdo con un estudio publicado en la edición de abril de la revista especializada Health Affairs.
De hecho el crecimiento de estas cirugías en los últimos 12 años se han incrementado un 50.3 %, datos de La Organización Mundial de Salud.
Cabe resaltar que la cesárea es un valioso recurso en el caso de partos complicados y logra salvar muchas vidas. Sin embargo, la facilidad con la que se logra este procedimiento hace que muchos doctores opten por el, cuando no es necesario. Asimismo, hace algunos años se creía que el nacimiento por este método no tenía efectos en la salud de los bebés, pero esto ha sido rechazado últimamente y de hecho se dice que podría constituir un importante factor en el incremento de enfermedades como la obesidad, las alergias, entre otras.
Parto natural Vs cesárea
Cuando el bebé atraviesa el canal vaginal, el niño se llena de las bacterias de la madre, formando así su microbioma, el ecosistema interno de microorganismos que fortalecerán su sistema inmune.
Mientras que con el procedimiento de la cesárea, el bebé nace sin los lactobacilos y bifidobacterias que han coevolucionado por miles de años con el ser humano para optimizar la función de nuestro organismo. Por lo que el intestino del bebé se empieza a poblar de las bacterias que encuentra en el hospital, y de esta forma se altera su microbiota, mejor conocida como flora intestinal.
Según la Dra. Solange Heller, Consejera de la Sociedad Norteamericana de Gastroenterología Pediátrica y Nutrición, la flora intestinal es actualmente considerada una especie de “órgano adquirido” que desempeña un papel muy importante en la salud.
“La microbiota intestinal ayuda a digerir y absorber algunos alimentos, principalmente azúcares complejas, convirtiéndolos en energía. También contribuye a la producción de vitaminas B y K; ayuda a combatir las agresiones de otros microorganismos, manteniendo la integridad de la mucosa intestinal, y desempeña un papel importante en el sistema inmune, entre otras acciones, actuando como efecto barrera”
Cabe destacar que la salud de la flora intestinal en lo bebés, también se ve afectada por los bajos índices de lactancia y el abuso de atibióticos.
Asimismo, Solange Hellerresalta que desde los tres años en adelante, la composición de este “órgano” evoluciona a lo largo de toda la vida en función de la herencia genética, edad, alimentación, medio ambiente, condiciones de higiene, estilo de vida y uso de medicamentos, lo que en algún momento puede llegar a comprometer su buen funcionamiento.
“Al estado de equilibrio de la microbiota intestinal se le conoce como eubiosis, que es cuando se encuentra en óptimas condiciones para cumplir con su rol metabólico y protector. Los cambios en la dieta, el estrés y el abuso de algunos medicamentos como los antibióticos pueden propiciar disbiosis, que es la pérdida de este equilibrio, lo que acarrea como consecuencias alergias, enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, obesidad, trastornos de la función intestinal, infecciones y diarreas”
Microbiota
- Conformada por 100 millones de bacterias
- Pesa aproximadamente dos kilos
- Produce vitaminas
- Defiende al cuerpo de microrganismos nocivos
- Modular la función del sistema inmunitario
¿Qué altera la microbiota intestinal?
- Dieta
- Estrés
- Abuso de antibióticos
Consecuencias de una mala flora intestinal
- Infecciones
- Diarrea
- Enfermedades intestinales inflamatorias crónicas
La eficacia de los probióticos
De acuerdo con la Organización Mundial de Gastroenterología, una opción para recuperar el balance de la microbiota intestinal son los probióticos. Presentes en productos lácteos y alimentos fortificados, pero también en comprimidos, cápsulas y sobres,
«Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, confieren beneficios a los pacientes. En especial, el probiótico desarrollado a partir de la levadura Saccharomyces boulardii ha demostrado ser un buen complemento en el tratamiento contra enfermedades gastrointestinales, pues reduce la duración», destacó el doctor José Lorenzo García, especialista de Biocodex México.