En México, en la tradición del nacimiento o belén, representación religiosa a escala del origen de Jesús, el barro es el protagonista para cientos de artesanos que con sus manos diseñan las figuras de la mítica escena.
En el municipio de Tlayacapán, a unos 80 kilómetros de la capital mexicana, reconocido por ser productor de figuras, artesanías y vasijas de barro, es donde doña Refugio Reyes Hernández sigue ejecutando el oficio que le dejó su madre y que ahora ella intenta heredar a sus hijos.
Esa tradición de diseñar figuras y nacimientos de barro, la aprendió de su mamá, a quien le enseñó su suegra, la abuela de doña Refugio
«Cuando mi mamá llegó acá, mi abuela le enseñó a modelar el barro», contó Refugio en entrevista.
«Mi abuela le dijo: yo te voy a enseñar todo lo que hago para curar (el barro) para fabricar juegos de aire, angelitos, nacimientos, candeleros y ahumadores, eso fue lo que mi abuelita le enseñó principalmente», expuso.
Relató que su abuela le ordenaba a su mamá tomar el chiquihuite, una canasta de tejida de mimbre, para ir por barro a un monte cerca de su casa en Tlayacapan.
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