Empezó en el mundo de la relojería con tan solo 14 años, cuando se apuntó a un curso en la Escuela de Relojería Suiza de Abiyán. Ahora, Seraphin Kouadio, con 66 años, es uno de los últimos fabricantes de relojes en Costa de Marfil.
Ejerce en una de las calles de la capital de este país del África Occidental donde atiende a unos cuatro clientes al día, lo que significa que, en el peor de los casos, ingresa 1 euro al día, y en el mejor de los casos, sobre unos 60 euros.
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