Sandra Violeta Gasca Vargas, dentista y madre de dos hijas, murió luego de realizarse una lipoescultura. Familiares denunciaron que el procedimiento fue hecho por un pseudocirujano plástico que opera sin tener la preparación para este tipo de intervenciones.
La familia de la mujer de 41 años señala como responsable a Marco Enrique Pacheco García, quien se ostenta como cirujano plástico y atienden en el Hospital Ramírez Guadiana de la ciudad de León, misma institución que en años anteriores ha estado envuelta en señalamientos de presuntas negligencias.
Según relató el esposo y familiares, Violeta fue convencida por dos colaboradores del hospital, quienes le ofrecieron un paquete estético en 40 mil pesos, preció inferior a los 150 mil pesos que cuesta realizar ese procedimiento en hospitales o clínicas certificadas.
“No es posible que médicos sin la capacitación adecuada y clínicas sin el equipo necesario realicen este tipo de procedimientos estéticos poniendo en riesgo la vida de sus pacientes. Espero que se tomen medidas ejemplares para que está tragedia no se vuelva a repetir y ya no haya más familias afectadas. Justicia por Violeta, ni una más», dijo el esposo de la víctimas”, declaró Daniel, esposo de la víctima.
La denuncia pública fue respaldada por el presidente del Colegio de Cirujanos Plásticos en el estado, Gustavo Jiménez, quien señaló que por mes atienden a entre 3 y 10 mujeres que tuvieron una “mala praxis” en sus intervenciones estéticas con quienes se hacen pasar como cirujanos plásticos.
“En promedio tenemos al mes de 3 a 10 mujeres que acuden por una mala praxis. Se calcula que de cada una que nosotros tenemos conocimiento, 9 no denuncian o buscan ayuda (…) por cada cirujano plástico en el país hay 9 que se dicen ser cirujanos plásticos y no lo son”, aseguró Gustavo Jiménez.
Pía Salazar, representante legal del Colegio de Cirujanos y de los familiares de Sandra Violeta, señaló que ya fueron presentadas denuncias ante la Fiscalía General del Estado, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Comisión Nacional de Arbitraje Médico,
“La ley no está mal, entonces, ¿quién está mal?, ¿quién está dejando de regular?. Es muy fácil decir que tienen una clínica con todos los servicios, pero por qué prestan los espacios a médicos no certificados”, cuestionó la abogada.