Mexicanos brillan con ladrillos tipo lego

¿Te has imaginado un ladrillo ecológico que se ensambla como si fuera un Lego? Esta tecnología ya existe y es obra de un par de jóvenes mexicanos, egresados de la carrera de Arquitectura en la Unitec: Aldo Castillo Parra y Blanca Muradas Cedillo, quienes hoy son reconocidos a nivel internacional como los creadores de los EcoLadrillos.

Los EcoLadrillos son un producto elaborado a base de tepetate, libre de contaminantes y con un diseño modular que permite armar las paredes de una casa como si fuera un juego de niños: ensamblando bloque por bloque hasta lograr la forma deseada.

La ventaja principal es que estos bloques eliminan el desperdicio de materiales –cemento, arena o cal– y reducen hasta 30% los costos de construcción, características que permitieron a sus creadores ganar el primer lugar del concurso internacional Premio Global al Emprendimiento James McGuire, en Estados Unidos, el 12 de junio pasado.

Para conocer los detalles de de un logro de tal calibre, Aldo Castillo, director del proyecto conversó con Publimetro.

¿Qué son los EcoLadrillos?

–Son ladrillos modulares, cuya elaboración sólo requiere de mezclar tepetate, cemento ecológico y agua de lluvia. Tenemos una máquina que forma los bloques y luego se exponen al sol, eliminando el proceso de cocción en hornos, los cuales queman hidrocarburos y lanzan toneladas de hidróxido de carbono (CO2).

¿Cuáles son sus características?

–Cada bloque cuenta con dos orificios, donde se introducen los cables del sistema eléctrico, teléfono, Internet e, incluso, la instalación de tuberías, con lo cual evita raspar o romper la pared para hacer dichas instalaciones.

También tenemos medios ladrillos, para evitar que al llegar a un extremo de una barda se tenga que romper una pieza y desperdiciar la otra, además de otros en forma de “U” con los que se pueden armar los castillos y trabes sin utilizar una cimbra de madera.

¿Cómo surge la idea?

– Cuando cursaba la materia de Arquitectura Bioclimática, en el octavo semestre de la carrera.
Hice una análisis de las deficiencias en el proceso de construcción, el desperdicio de materiales y los costos elevados. Así nació el proyecto.

Pero, ¿en qué momento diste el salto para convertirte en un emprendedor?

– Fue hace cuatro años. Iba viajando en la Línea 2 Metro, por la estación Ermita, cuando me pregunté: “¿Qué más quieres de tu vida”, ¿adónde quieres ir?, ¿qué puedes hacer por tu país? Fue entonces que tomé la decisión.
Eso significó mucho esfuerzo, trabajar, estudiar y pasar momentos difíciles, a punto de las lágrimas.

¿Qué sacrificaste o cuál fue el costo de cumplir tu sueño?

– Tuve que dejarlo todo. Renuncié a mi trabajo, vendí mi coche y recurrí a todos mis ahorros para concretar el proyecto…

¿Dónde trabajabas?

– A la semana de terminar la carrera, ya tenía trabajo en el proyecto de la Torre Mítikah, en Coyoacán, la cual es considerada la más alta de América Latina.
Ahí me pagaban 20 mil pesos, tenía grandes posibilidades de conquistar las grandes ligas, pero yo quería hacer algo diferente. Así que renuncié.

Se necesitan tamaños y mucho valor…

– Es muy complicado. Me pasé dos semanas sin dormir mientras tomaba la decisión de renunciar y, aunque ahora sé que valió la pena, en ese momento sólo había incertidumbre, porque ser emprendedor no es fácil.

¿Qué te dijo tu familia?

– Dijeron: “sigue tus sueños y si no se dan en esta oportunidad, consigues otro trabajo igual de bueno”, lo cual fue clave para no rendirme.

Después de ese proceso, ¿cómo ganaron un premio internacional?

– Primero nos acercamos a la incubadora de negocios de la Unitec, donde se maduró la idea, echamos a andar el proyecto y fabricamos los EcoLadrillos.

Después buscamos apoyos y en ese proceso nos invitaron a competir por el Premio Global al Emprendimiento James McGuire, en Orlando Florida, en la categoría de Graduados.

Antes de ganar el premio, tuvimos dos presentaciones: una, ante el jurado y otra frente a 300 líderes más importantes del mundo en educación.

Ahora que eres triunfador, ¿puedes decirnos a qué sabe el éxito?

– A responsabilidad, a ganas de seguir trabajando y aportar al desarrollo del país. No todo es salir en los periódicos o ganar un premio, es una responsabilidad. Cuesta trabajo, pero los mexicanos tenemos talento y podemos llegar a las grandes ligas.

Qué futuro tienen los EcoLadrillos

• Con los 50 mil dólares que ganaron al recibir el Premio Global al Emprendiento. Aldo Castullo y Blanca Murada iniciaron la producción en masa de los Ecoladrillos.

• A la fecha. Tienen la capacidad de fabricar tres mil 500 piezas al día.

• Tienen planeado presentar su producto al Gobierno de la Ciudad de México. Para que el Instituto de Vivienda del Vivienda del DF (Invi) utilice sus ladrillos en la construcción de casas de interés social.

• El objetivo final. Que los EcoLadrillos formen parte de la cultura arquitectónica de todo el país.
 

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