La intención no es mala, pero el resultado no sería el más apropiado. Expertos en la materia advierten que las reforestaciones masivas que se están programando dentro del Área Natural Protegida del bosque de La Primavera no serían lo más viable, porque primero se debe permitir un proceso de recuperación natural de los suelos dañados.
Después de dos a cuatro años de revisado técnicamente que la superficie no se pudo recuperar, entonces sí debe procederse a intervenir con una reforestación, pero en condiciones controladas.
El investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), Gerardo Alberto González Cuevas, explicó que, además de la reforestación, es vital empezar por obras de conservación de suelo, para evitar deslaves de escombro y lodo, pero además, para dar pie al bosque para recuperarse. El no contener los suelos, fue lo que provocó la tragedia en el municipio de San Gabriel:
2,448 las hectáreas siniestradas en el Bosque de La Primavera durante la actual temporada de incendios; las zona más afectadas: el cerro de Planillas, la Mesa de Las Ventas y San José de la Montaña
“En eventos de incendios fuertes, en escenarios de fuertes pendientes casi siempre por nuestra ubicación geográfica de cara al temporal de lluvias puede suceder esos eventos. entonces es muy importante que también tomemos conciencia que es sólo que un área se incendio y corramos a reforestar”, mencionó el especialista.
Existen diversos mecanismos para contener el suelo, como la colocación de represas con ramas y rocas, hasta mecanismos mucho más costosos, según la condición del terreno y el daño generado.
El director del Organismo Público Descentralizado (OPD) Bosque de La Primavera, Marciano Valtierra, mencionó que tras los incendios más devastadores de 2005 y 2012, las reforestaciones masivas no prosperaron:
“La supervivencia de las reforestaciones que se llevaron a cabo es relativamente baja, pero sobre todo yo lo que quiero destacar es que las densidades de árboles plantados por hectárea en ese entonces fueron mucho mayores que la densidad que naturalmente el bosque tiene, una situación que al mismo bosque le representa un problema”, explicó el biólogo y destacó que cada uno de los ejercicios de reforestación deben ser supervisados por un experto.
Valtierra Azotla dio a conocer que, como viene haciendo cada año, el OPD abrió un espacio para que la sociedad interesada realice reforestaciones sociales. “La meta es plantar 30 hectáreas, donde existen 13 mil 250 árboles de especies de encino y pino nativas del área natural protegida”.
