El presidente Fouad Mebazaa hizo el nombramiento el domingo pocas horas después de que el primer ministro Mohamed Ghannouchi anunciara su dimisión, en un intento por devolver la estabilidad al país.
Muchos consideraban que Ghannouchi es un aliado demasiado cercano del líder Zine El Abidine Ben Alí, quien fue derrocado en enero tras un mes de protestas.
“Esta renuncia no es una huida de mis responsabilidades, sino para abrir el camino a otro primer ministro que -espero- tenga un mayor margen de acción que el que yo he tenido para dar esperanza al pueblo tunecino”, dijo Ghannouchi. El premier no especificó cuándo entraría en vigencia su renuncia.
REGRESARON LAS PROTESTAS A TÚNEZ
Aunque Ben Alí huyó del país hacia Arabia Saudí el 14 de enero, Ghannouchi -que fue su primer ministro durante 11 años- había prometido guiar al país hasta que se celebrasen elecciones en el tercer trimestre del año.
El anuncio de Ghannouchi en la televisión estatal se produjo con un trasfondo de renovadas protestas callejeras como las que causaron la caída de Ben Alí.
El domingo, las autoridades dijeron que al menos cinco personas habían muerto durante violentas protestas desde el viernes. “No estoy listo para ser el hombre de represión y nunca lo estaré”, dijo Ghannouchi. Advirtió que fuerzas no especificadas están tratando de frustrar el movimiento.
“Hay indicios de que se está preparando un complot para hacer que fracase la revolución”, dijo, sin especificar. Algunos tunecinos piensan que partidarios de Ben Alí en el país han tratado de sembrar discordia y desacreditar el movimiento que derrocó al presidente.
El ministerio del Interior, en una declaración el sábado, culpó a “provocadores” por fomentar violencia en marchas pacíficas y por usar a jóvenes como escudos humanos en protestas.
