La confusión en los medios de comunicación con los nombres del terrorista Osama bin Laden y del Presidente de Estados Unidos Barack Obama, provocó que se avivara la propuesta para que el mandatario cambie de nombre.
Sus asesores le han recomendado, incluso, modificar los tres nombres: Barack Hussein Obama II.
Según The New Yorker, un consultor de medios le aconsejó retomar el nominativo de Barry, su apodo de la infancia que suena menos extranjero y más americano.
Lo mismo pasa con su segundo nombre, el cual recuerda al ex dirigente iraquí Saddam Hussein, capturado por las fuerzas estadounidenses en diciembre de 2003, bajo el mandato de George W. Bush, y ejecutado en la horca tres años más tarde.
Y qué decir del gran parecido entre el apellido del Presidente y el primer nombre del líder de Al-Qaeda, quien este domingo fue abatido.
Estas similitudes han dado pie a todo tipo de confusiones ortográficas y bromas en los medios de comunicación electrónicos y las redes sociales.
Sube aceptación
Según un sondeo del Centro Pew y el diario The Washington Post, tras la muerte de Bin Laden, la popularidad de Obama subió nueve puntos y quedó en 56% de preferencia.
-El público acepta la forma en que maneja la guerra de Afganistán y su estrategia contra el terrorismo alcanza 69% de aprobación.