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¡Brutales! Estas son las 7 peores enfermeras asesinas de la Historia

En el estudio de la criminología se les conoce como “Ángeles de la Muerte”. Son cuidadores, doctores o enfermeras que al tener una posición de poder sobre sus pacientes hallan placer, dominio u otro tipo de alivio psicológico a la hora de matar.

El “Ángel de la Muerte” que ha causado conmoción en estos días fue la enfermera Daniela Poggiali, quien supuestamente mató a 38 pacientes, a los que inyectaba sustancias como cloruro de sodio y se tomaba “selfies” con ellos.

Pero sus predecesoras han sido más brutales. Aquí se las mostramos. Solo una de ellas es “alabada” por lo que hizo.

Jane Toppan: enfermera estadounidense, fue la primera que horrorizó y escandalizó a la sociedad americana del siglo XIX. No era para menos: mató entre 70 y 100 pacientes y conocidos (incluyendo a su hermana). Les inyectaba atropina, morfina y estricnina. Afirmó que le causaba placer sexual matar a sus víctimas. Fue declarada loca y murió en un sanatorio, balbuceando frases como: “Traiga algo de morfina y vayamos al pabellón, querida. Nos divertiremos viéndolos morir”.

Enfermera checa desconocida: la violaron los nazis, cuando ocuparon su país en 1938. Para vengarse, se acostaba con todos los soldados de este ejército que tuvo a su cargo y les transmitía enfermedades sexuales. Todos morían. Un agente de la Gestapo investigó lo que pasó y dio con ella. Murió a tiros. Pero ahora tiene una placa conmemorativa en su pueblo por “heroísmo”.

Herta Oberheuser: enfermera nazi, experimentó con niños y mujeres en el campo de concentración de Ravensbrück. Inyectaba sustancias como aceite y evipán en niños y les infligía heridas a los prisioneros para simular las que tenían los soldados alemanes en el frente. Fue condenada a 20 años de cárcel en los Juicios de Núremberg, pero le rebajaron la pena. Cuando salió libre la descubrieron y no pudo volver a trabajar como enfermera.

Genene Jones: “Baby Killer” o “La Enfermera de la Muerte”. Mató principalmente a niños y a bebés con digoxina, que acelera el ritmo cardiaco. Les inyectaba esto para después “salvarlos” y quedar como heroína y la descubrieron luego de que se viera que en los dos hospitales que trabajó, la mortalidad infantil incrementaba. Fue condenada en 1984 a cadena perpetua, pero podría salir en 2017 por libertad condicional.

Beverley Allitt: Entre sus víctimas se encuentran a 13 niños, entre ellos 7 fallecidos. Les inyectaba grandes dosis de insulina. Está condenada a cadena perpetua desde 1991  y se cree que lo que hizo obedece a que tiene el Síndrome de Münchhausen por Poder, trastorno psiquiátrico donde el adulto que tiene poder sobre el niño le causa deliberadamente lesiones e incluso la muerte.

Eileen María Reyes Santiago: en 2010, esta estudiante de enfermería colombiana se hizo pasar por una familiar de la criatura y la pusieron en sus brazos. Apenas la descubrieron -y ante muchos testigos- golpeó repetidamente al bebé de 2 horas de vida. La gente casi la mata. Dijo que asesinó a la bebé porque creía que había sido la criatura que su pareja había tenido con otra mujer. El padre de la niña dijo que no la conocía.

Kimberly Sáenz: fue condenada en 2012 a cadena perpetua por asesinar a 5 pacientes de diálisis al inyectarles cloro o lejía. Otros cinco pacientes sobrevivieron a sus ataques. Sus abogados dijeron que ella era el chivo expiatorio de las malas prácticas médicas del Hospital.

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