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“Mis acusadores saben que no robé, pero no lo pueden admitir: Lula

Lula da Silva, se enfrenta a dos juicios por corrupción, en ambos casos por recibir presuntos pagos y favores de sendas constructoras

El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, contra quien la Justicia ha abierto tres diferentes procesos y lo investiga en otras causas, asegura que quienes lo acusan saben que es inocente pero no pueden retirar las denuncias para no quedar desmoralizados.

«Mis acusadores saben que no robé, que no fui corrompido y que no intenté obstruir la Justicia, pero no lo pueden admitir. No pueden retroceder tras la masacre que promovieron en los medios de comunicación», afirmó el exjefe de Estado en una columna de opinión que publica hoy el diario Folha de Sao Paulo.

«Se convirtieron (los fiscales) en prisioneros de las mentiras que crearon, en la mayoría de las veces a partir de reportajes facciosos y mal investigados. Están condenados a condenar y deben pensar que, si no me arrestan, ellos serán los desmoralizados ante la opinión pública», agregó.

Lula, el presidente más popular de la historia de Brasil, se enfrenta a dos juicios por corrupción, en ambos casos por recibir presuntos pagos y favores de sendas constructoras, y en el tercero por haber tratado de silenciar a un testigo que le señala como uno de los cabecillas de la red que saqueó la petrolera estatal Petrobras durante al menos una década.

El exmandatario también es investigado por el Tribunal Supremo por su supuesta participación en los desvíos de fondos millonarios de la petrolera, pero en este caso no es considerado procesado ni se le imputa ningún delito.

La Fiscalía llegó a señalarlo como el máximo jefe de la organización que asaltó Petrobras pero nunca lo acusó de tal delito.

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El exmandatario atribuyó la supuesta cacería judicial que sufre a un proyecto de sus rivales para minar su fuerza política, la del Partido de los Trabajadores (PT), mayor formación de izquierda y que ayudó a fundar, y la del proyecto que inició como presidente de la República para reducir la histórica pobreza de Brasil.

«Intento ver esta cacería como parte de la disputa política pese a que sea un método repugnante de lucha. No es a Lula a quien pretende condenar sino al proyecto político que represento ante millones de brasileños. En un intento de destruir una corriente de pensamiento, están destruyendo los fundamentos de la democracia», consideró.

Lula recordó que, con el fin de afectar el PT, la Justicia aceptó una denuncia en su contra tan sólo cinco días después de haberla recibido y en vísperas de las elecciones municipales del 2 de octubre, en las que el partido sufrió su mayor descalabro histórico.

Agregó que tanto la acusación en su contra como la detención de dos de sus exministros «fueron episodios para generar espectáculos que con seguridad interfirieron en el resultado de las elecciones».

«Las falsas acusaciones que me lanzaron no tienen por objetivo mi persona sino el proyecto político que siempre representé: de un Brasil más justo, con oportunidades para todos», expresó.

Según el exjefe de Estado, sus acusadores intentan construir una narrativa para presentar al PT no como un partido sino como una organización criminal de la que es jefe, y añadió que esa idea es repetida sin descanso en la prensa pese a la falta de pruebas.

Lula manifestó que tanto su Gobierno como la dirección del PT siempre apoyaron el combate a la corrupción y para ello fortalecieron los organismos de control e investigación del Estado, así como impulsaron leyes más eficaces contra las corruptelas.

Según el exmandatario, en sus 40 años de trayectoria política, su vida fue permanentemente investigada por los organismos de seguridad, por sus rivales políticos y por la prensa pero «jamás encontraron nada deshonesto de mi parte».

«Sé lo que hice antes, durante y después de haber sido presidente. Nunca hice nada ilegal, nada que pudiese manchar mi historia», afirmó.

«En las vísperas de completar 71 años veo mi nombre en el centro de una verdadera cacería judicial. Revisaron mis cuentas personales, las de mi esposa y de mis hijos; escucharon mis llamadas telefónicas y divulgaron el contenido; invadieron mi casa y me condujeron a la fuerza a rendir testimonio sin motivo razonable y sin base legal. Están buscando un crimen para acusarme, pero ni lo encontraron ni lo van a encontrar», concluyó.

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