Diputados aprueban nuevo etiquetado frontal en alimentos

El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó, en lo general y en lo particular, las reformas a la Ley General de Salud sobre el nuevo etiquetado nutricional de alimentos y bebidas no alcohólicas.

Con 458 votos a favor y 2 abstenciones, los legisladores determinaron que este etiquetado tendrá información de fácil comprensión, veraz, directa, sencilla y visible a productos que contienen altos índices de azúcar o elementos perjudiciales a la salud.

La propuesta promovida por el grupo parlamentario de Morena señala que se deberá colocar un sello negro a cada producto son los ingredientes perjudiciales y sus cantidades al frente del envase.

“Las etiquetas o contra etiquetas para los alimentos y bebidas no alcohólicas, deberán incluir datos de valor nutricional que consideren el contenido calórico total que aporta el producto, así como el contenido de grasas saturadas, grasas trans, azúcares añadidos y sodio», detalla el dictamen.

Además, la Secretaría de Salud tendrá la facultad de ordenar la inclusión de leyendas cuando considere necesario, en los productos que atenten contra la salud de los mexicanos.

¿Etiquetado insuficiente?

Durante la discusión de las reformas, el diputados Javier Hidalgo de Morena, aseguró que esta ley dará un gran salto en beneficio de generaciones presentes y futuras, pues durante décadas una epidemia ha azotado al pueblo: la obesidad y el sobrepeso, la pandemia sanitaria del siglo XXI.

«Es importante atacar problemas como el sobrepeso y la obesidad con reformas, pero también se debe hacer con presupuesto y otros recursos. Es un avance, pero faltan muchas cosas», indicó la legisladora de Acción Nacional, Sonia Rocha.

Agregó que se está atacando al primer problema de salud del país y proteger a las próximas generaciones; sin embargo, pidió al Pleno a tener conciencia de adicionar a esta reforma un presupuesto que asegure la salud de los mexicanos.

En contra, el diputado Gerardo Fernández Noroña del PT recalcó que resulta ineficiente pues también depende de productos que se distribuyen en las escuelas.

«Tendrían que ir más lejos, porque hay cosas que se presentan como alimentos y no lo son y tienen un consumo bárbaro», sentenció.

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