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Los niños que no nacieron en 2019 (y no lo harán en 2020)

En la Ciudad de México se han realizado 216 mil 755 abortos voluntarios en los últimos 12 años

Emanuel, María y Miguel, pudieran ser algunos nombres de los niños concebidos que no nacieron en 2019 —que tampoco lo harán en 2020— y que forman parte de la estadística de abortos realizados en la Ciudad de México, donde se permite la interrupción legal del embarazo antes de las 12 semanas de gestación.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud de la CDMX, de enero de este año hasta el pasado 26 septiembre se habían registrado 11 mil 215 procedimientos en alguna de las 13 clínicas de Salud Sexual y Reproductiva que brindan el servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE).

En estos sitios las pacientes pueden acceder a la atención médica de manera legal, segura, confidencial y gratuita, siendo las habitantes de la CDMX, Estado de México, Puebla, Hidalgo, Morelos, Jalisco, Querétaro, Veracruz, Michoacán y Guanajuato, quienes encabezan la lista de usuarias.

De acuerdo con el sitio http://ile.salud.cdmx.gob.mx/estadisticas-interrupcion-legal-embarazo-df/ desde 2007 –fecha en que se legalizó la interrupción en la capital– hasta septiembre de este año, se habían atendido a 216 mil 755 pacientes por personal médico.

La lista:

  1. Ciudad de México 150,737
  2. Estado de México 57,564
  3. Puebla 1,349
  4. Hidalgo 1,180
  5. Morelos 832
  6. Jalisco 616
  7. Querétaro 593
  8. Veracruz 511
  9. Michoacán 497
  10. Guanajuato 441
  11. Oaxaca 374
  12. Tlaxcala 348
  13. Guerrero 287
  14. San Luis Potosí 186
  15. Aguascalientes 139
  16. Nuevo León 130
  17. Quintana Roo 130
  18. Zacatecas 95
  19. Chiapas 72
  20. Baja California 66
  21. Chihuahua 63
  22. Extranjeros 60
  23. Tamaulipas 57
  24. Nayarit 55
  25. Tabasco 54
  26. Coahuila 47
  27. Yucatán 42
  28. Durango 43
  29. Durango 43
  30. Sonora 43
  31. Baja California Sur 36
  32. Sinaloa 35
  33. Colima 33
  34. No identificado 24

Los perfiles

Según los datos de la dependencia sanitaria local, la mayoría de las pacientes refieren ser solteras, con preparatoria concluida como nivel educativo, seguidas de quienes dijeron estar en unión libre, casadas, divorciadas, separadas o viudas.

Mientras que su nivel educativo mayormente es de preparatoria concluida, luego de quienes tenían secundaria concluida, así como licenciatura completa, primaria completa o preparatoria incompleta, etc.

Las posturas

Este tema se ha mantenido en agenda nacional y su discusión ha generado gran polémica en diversos foros, pues mientras existen grupos conservadores pro-vida que se niegan a la petición de la legalización de esta práctica médica, los colectivos feministas sostienen la idea principal de que sobre el cuerpo de las mujeres solo ellas deben decidir.

Ante esta situación se cuestionó al presidente del Frente Nacional por la Familia, Rodrigo Iván Cortés, quien nos compartió su posición sobre ¿Qué pesa más las muertes que se generan por la práctica de abortos clandestinos o los propios abortos legales?

–Toda vida importa, en el momento que consideramos que importa más un ser humano que otro caemos en un grave error. El primer derecho es a la existencia, a vivir y por lo tanto toda vida vale; no ha lugar entre decidir uno sobre otro, más bien hay que dar todas las alternativas para que todos los seres humanos puedan tener todo el apoyo necesario para vivir. Y esto quiere decir que si una mujer no quiere quedarse con el ser humano que lleva en su vientre tenga los apoyos y oportunidades para que su vida y la que lleva dentro se cuiden y no tengamos que elegir, sino que se cuide a todos.

Por su parte, la Lied Miguel, activista y concejal de Tlalpan consideró que la clandestinidad de los abortos deben considerarse como un problema de salud pública por parte de las autoridades.

«La clandestinidad en la que que se practican miles de abortos representan muertes de mujeres que no tienen una opción segura para ello. Generan más complicaciones pues acuden a clínicas no seguras, o privadas aunque son «patito» y no hay seguridad de que se hacen cargo de las consecuencias como infecciones, hemorragias y hasta la muerte. Tambien sabemos que las mujeres más afectadas son las de bajos recursos, que llegan a utilizar hierbas o métodos mucho menos seguros que ponen su vida en riesgo».

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