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Doce meses después de la tragedia en Tlahuelilpan: persisten huachicoleros, luto y “corrupción” del alcalde

Pese a lo prometido por el gobierno federal y las autoridades estatales, los deudos de Tlahuelilpan dejaron de recibir apoyos económicos, erigieron santuarios ilegales en la “zona cero” y ligan al edil con huachicoleros, quien se negó a dar una postura al respecto sobre el primer año de la explosión

Con tabiques, cemento y varillas, familiares de las 137 víctimas que murieron calcinadas tras la explosión de una toma clandestina de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la llamada “zona cero” lograron erigir varios memoriales pese al veto del gobierno federal de construir en este lugar.

Los deudos de Tlahuelilpan, en el estado de Hidalgo, batallan con dos frentes: el primero con la admnistración federal para liberar los recursos que les prometió tras el accidente, mientras que, por otro lado, no consiguen un espacio digno para rendir homenaje a sus familiares que perdieron la vida.

Doce meses después del estallido de un ducto de Pemex en San Primitivo, comunidad que se localiza en los límites de Tlaxcoapan y Tlahuelilpan, en la zona aún se perciben secuelas de la explosión: hojarasca quemada, listones de seguridad y hasta ropa de los que murieron calcinados.

Publimetro recorrió el sitio donde se incendió el ducto que transportaba combustibles después de las 17:00 horas del 18 de enero del 2018, en el cual familiares de las víctimas montaron cruces y mausoleos en homenaje a sus seres queridos.

A pico y pala, los oriundos de esta zona construyeron una docena de capillas para jóvenes que no rebasaban los 25 años. Mientras que otras familias, que no recolectaron el dinero suficiente, únicamente colocaron cruces en los costados de los memoriales.

Ahí, sobre los santuarios y tumbas que familiares levantaron –como pudieron– también se hallan fotos y leyendas para recordar a los que se dieron cita en aquella extensión de terreno, además de flores y algunas pertenencias personales.

Unos metros más adelante, sobre la grieta donde decenas de personas recolectaban litros de hidrocarburo que suministraba el ducto Tuxpan-Tula usando cubetas, galones y tinas, se halla una bandera mexicana y 14 cruces que apenas se sostienen.

Los familiares acusan a las autoridades municipales, encabezadas por el morenista Juan Pedro Cruz Farías, de abandonarlos, de no cumplir con su palabra y trabar los acuerdos para hacerse del espacio donde se construye el memorial de los habitantes de Tlahuelilpan, ajeno al que edificará por su propia cuenta el gobierno federal.

Mal miran a los que llegan a la “zona cero”, no quieren hablar más del tema; les duele recordar la tragedia, muchos perdieron a primos, tíos, incluso a hermanos y papás en aquel día que enlutó a cientos de familias en aquel terreno de hortalizas.

De lo único que aceptan hablar es sobre los apoyos que les prometió la administración federal, los cuales alegan que llegaron incompletos; es más, afirman que el pleito entre el alcalde y el gobierno federal los perjudicó a tal grado que, a un año del estallido de la toma clandestina, las cosas poco cambiaron desde aquel día “negro”.

El alcalde huachicolero

Los pobladores de la comunidad de Tlahuelilpan lo dicen con prudencia, porque aseguran que existen ‘halcones’ que trabajan para los huachicoleros y pueden meterse en problemas con el alcalde municipal, quien es señalado de ser cómplice en la venta y extracción de combustibles.

Por eso prefieren no hablar del tema; sin embargo, aceptan que el edil Juan Pedro Cruz Frías tiene nexos con este grupo de personas que ‘ordeñan’ tomas de Petróleos Mexicanos, no sólo en el municipio, sino también en los alrededores.

“El alcalde municipal, Juan Pedro Cruz Frías, es permisivo con los huachicoleros que ‘pican’ los terrenos donde se encuentran los ductos”, precisaron los pobladores, quienes solicitaron el anónimato.
Este diario, desde el mes de noviembre de 2019, pidió una entrevista con el alcalde de Tlahuelilpan, incluso se visitó el Palacio Municipal; sin embargo, su equipo de trabajo excusó que el funcionario no daría ningún tipo de entrevistas sobre este tema.

Mientras que personal de seguridad del ayuntamiento notificó que todos los servidores públicos se fueron de vacaciones hasta la primera quincena de enero del año en curso, por lo que fue imposible contactarlos.

Adicional al silencio de las autoridades, se suma la reducción de operativos que desplegó la Guardia Nacional en el lugar, los cuales –a decir de los comuneros– fueron a la baja conforme avanzó el año tras el accidente. Únicamente se pueden observar a elementos de seguridad en el centro del municipio.

Se ‘apagan’ cuestionamientos

Los pronunciamientos por diputados y funcionarios de todos los niveles fueron de más a menos, quienes exigieron desde investigaciones a fondo para fincar responsabilidades y acciones más contundentes para combatir el huachicol, hasta una colecta para las familias de los fallecidos.

Pero, a un año de distancia, legisladores del Congreso de Hidalgo, así como servidores públicos estatales y federales le apuestan al olvido, pues sus llamados para rendir cuentas y brindar apoyos a los familiares de forma permanente se esfumaron a 365 días de la tragedia.

Ninguno de los legisladores locales de aquella entidad aceptó tomar la llamada, mucho menos asistir al lugar para una entrevista, por lo que guardaron silencio.

En un comunicado de prensa, sólo el líder de Morena en el Congreso de aquella entidad se pronunció al respecto a inicios de este año y exigió no cancelar los apoyos a los deudos, así como detonar el desarrollo del municipio.

Para la conmemoración del primer año de la explosión ocurrida el 18 de enero de 2019, se hará un evento coordinado entre los gobiernos estatal y federal, además de una misa para las personas que perdieron la vida en este lugar.

‘Supersticiones’ dejan vació panteón

Para brindar un lugar de sepultura a los que murieron, las autoridades municipales ampliaron el panteón de San Primitivo, en Tlahuelilpan, pero debido a usos y costumbres de los pobladores, la cancha de futbol que se habilitó para este fin no alberga ni a la mitad de las víctimas.

A un costado del camposanto, apenas se contabilizan 40 cuerpos enterrados en el sitio religioso, ya que existe la creencia de que inhumar a una persona en una zona ajena a este propósito es de mal augurio y atrae a la muerte.

Por si fuera poco, las autoridades confirmaron que la extensión de terreno carece de certeza jurídica y de apoyos necesarios para dar mantenimiento a dichas tumbas.

En su momento, Cruz Frías externó la necesidad de contar con un terreno nuevo para el panteón, debido a que no había espacio para enterrar a las víctimas en el viejo panteón que ya se encuentra saturado, además de que acumula basura y las capillas carecen de mantenimiento.

Aunque el espacio fue habilitado de inmediato y quedó listo para usarse pocos días después de la explosión, no fue utilizado sino hasta tres meses después por los familiares de los fallecidos.

Posturas

Mauricio Kuri, coordinador de los senadores del PAN.

A un año de distancia es una vergüenza la respuesta de las autoridades, deben buscarse y fincarse responsabilidades, la situación se tornó terrible y Morena no respondió como se debe.

Nos hicieron creer que la gasolina era oro, que se había emprendido una supuesta lucha contra el huachicol. La verdad fue distinta, ya que hubo muertos y, en consecuencia, una desgracia que marcó a todo un país.

No hemos visto una investigación seria sobre lo que sucedió, por ello digo que fue una total falta de responsabilidad de parte del partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador y los funcionarios de aquella entidad.

Es mentira que se combatió al huachicol; también es falso que se erradicó esta práctica ilegal en la zona de Hidalgo.

No se apoyó como debía ser a las familias y quedó una huella que le dio la vuelta al mundo debido a la permisividad de las autoridades y de un problema añejo. A Andrés Manuel todavía le alcanzó un bono político, pero en su momento tendrá que dar la cara por lo que sucedió.

Clemente Castañeda, dirigente nacional Movimiento Nacional

Los trágicos hechos de Tlahuelilpan reflejaron no sólo una falta de coordinación evidente entre las distintas dependencias de la Administración Pública Federal, sino que además significan un intento de manipular la información para no rendir cuentas ni dar respuesta puntual a las dudas de la población sobre la actuación de las autoridades.

A un año de la tragedia de Tlahuelilpan, las dudas e interrogantes persisten: ¿por qué la Sedena negó la presencia de dos pelotones del Ejército mexicano para argumentar que no tenían capacidad de contener a la población? ¿Por qué Pemex ordenó el cierre del ducto casi cuatro horas después de su perforación? ¿Por qué las primeras ambulancias arribaron al lugar hasta una hora y media después de la tragedia? ¿Por qué no se han dado a conocer avances en los procesos de reparación del daño a los familiares de las víctimas?

Las víctimas de esta tragedia y las y los mexicanos exigen respuestas a estas preguntas, exigen la verdad y una mayor coordinación y eficacia de las autoridades para evitar la repetición de hechos como éste.

En Movimiento Ciudadano, nos solidarizamos con las víctimas de Tlahuelilpan y exigimos que se aceleren los procesos de reparación del daño y apoyo a las víctimas, así como una investigación pronta y expedita que deslinde responsabilidades sobre los hechos y garantice el acceso a la verdad y a la justicia, y exhortamos al gobierno de la República a informar, de forma minuciosa, sobre las razones por las que la Sedena, Pemex y los servicios de salud actuaron con negligencia y demora ante una catástrofe de tales dimensiones.

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