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Este fin de semana, Proceso dio a conocer que una serie de documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional habrían confirmado que el general Luis Cresencio Sandoval, recibió reportes de los múltiples secuestros y asesinatos por parte de los Zetas en el municipio de Allende, Coahuila. Sin embargo, pese a la gravedad de los sucesos, los militares a cargo del actual titular de la Sedena prefirieron guardar silencio sobre lo acontecido.
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Los documentos a los que Proceso hace referencia, revelarían que las autoridades estatales, municipales y federales habrían ocultado durante casi dos años esta información oficial sobre lo acontecido en Allende Coahuila.
Luis Cresencio Sandoval y Dagoberto Espinosa habrían tenido conocimiento sobre la masacre de Allende
Tras los hechos que tuvieron lugar el 18 de marzo de 2011, familiares de las víctimas acudieron a la zona regional de Sedena para denunciar lo acontecido, por lo cual se envió el reporte a la Guarnición de Piedras Negras, Coahuila, la cual era encabezada por el general Luis Cresencio Sandoval.
Además, las denuncias también fueron enviadas a la Sexta Zona Militar, comandada por el general Dagoberto Espinosa Rodríguez, quien actualmente es titular del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas (ISSFAM).
Luego de recibir las denuncias, Ejército desplegó tres unidades a las zonas en donde ocurrió la masacre, en donde un teniente de caballería pudo confirmar una gran cantidad de viviendas saqueadas, ranchos quemados y abandonados, así como vehículos incendiados y cientos de casquillos de armas de fuego.
El teniente de caballería habría enviado un reporte a los generales Luis Cresencio Sandoval y Dagoberto Espinosa, quienes aparentemente no procedieron ante los crímenes denunciados.
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Asimismo se dio a conocer que el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreria, afirmó que Luis Cresencio Sandoval era el responsable de la prisión de Piedras Negras, de la cual aparentemente integrantes de los Zetas incineraron varios cadáveres y tampoco se notificó dicho acontecimiento.
La documentación a la que Proceso tuvo acceso y que comprueba lo sucedido en 2011 fue obtenida originalmente por la organización estadounidense National Security Archive (NSA), la cual es catalogada como “la colección de documentos desclasificados más grande del mundo”.
