Ahora es posible disfrutar de los colores del arcoíris sin esperar a que la lluvia y el sol produzcan el efecto.
Michael Jones McKean, profesor de la Universidad Commonwealth de Estados Unidos, lo hizo al desarrolar una máquina que permite crear arcoíris artificiales.
El dispositivo funciona a través de ingredientes naturales reciclados, se alimenta de energía solar y de una serie de paneles fotovoltaicos. Aprovechando el agua de la lluvia, ésta se recicla una y otra vez para formar arcos de colores que “flotan” sobre el estudio de su inventor.
Actualmente McKean prepara una instalación en el Centro de Arte Contemporáneo Bemis, en Omahan, Estados Undios, donde hará brillar un arcoíris dos veces al día, durante 15 minutos cada vez, además invitará a la gente a caminar sobre él.