Tan malo fue su tiro que se volteó para no mirar. John Scanlan se paró sobre su carril de boliche, tomó su bola y la lanzó. Para su mala suerte, la redonda saltó de su mano y se fue directo al canal.
Al ver que la bola se suspendía en el aire y no hacía el trayecto raso dio media vuelta maldiciendo su mala técnica. Sin embargo, lo que parecía la burla de los rivales se convirtió en una jugada sorpredente.
La esfera golpeó en uno de los costados de la rendija y después cruzó al otro carril de juego. Caprichosa, la bola se estrelló con el canal y empezó a hacer un efecto.
Cuando se acercaba a los pinos alcanzó a girar completamente para conseguir una chuza.