La cultura, la educación y el entorno socioeconó-mico determina cómo la sociedad japonesa enfrenta la desgracia.
Mientras comunidades occidentales y algunas orientales demuestran el dolor con llanto y muestras de desesperación, la sociedad japonesa tiende más a cumplir con las tareas ya definidas.
Sayne Esquivel, psicóloga de la Facultad de Psicología de la UNAM, dijo a Publimetro que existen diferencias culturales tanto en la modulación como en la expresión de las emociones, aunque éstas sean las mismas en todas las poblaciones. En el caso de la japonesa, la expresión de la tristeza y el dolor es superada por la necesidad de ayudar en lo más inmediato.
Esquivel detalla que los objetivos personales son mejorar la brecha en-tre lo que se hace y se espera de ellos. Por ello, son autoperfeccionistas, es decir, tienen una preocupación especial por conocer las expectativas de relación con otros.
Agrega que se preocupan más por lo que puedan hacer que por lo que pasó. La especialista comenta que están motivados a cumplir con sus obligaciones y mantener la lealtad con el grupo al que pertenecen.
1985
fue el año en que un sismo de más de ocho grados azotó al DF. Fue tal la magnitud del desastre que los ciudadanos no requirieron atención psicológica inmediata, sino meses después ex-presó la psicóloga por la UNAM.