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Por Fabiola Ayala
Eran las cuatro de la tarde cuando la lluvia del viernes pasado alertó a los pobladores de Teoloyucan en el Estado de México. Pusieron barricadas al pie de sus puertas para evitar que los invadiera el agua.
Pero bastaron un par de horas para que el río Cuautitlán se desbordara y lanzara a cientos de familias a albergues o casas de otros parientes, porque sus viviendas fueron cubiertas de agua sucia hasta el techo.
“Salimos con los primeros trapos que encontramos y nuestros papeles”, es lo que recuerda María de los Ángeles Garay cuando tuvo que dejar su hogar en compañía de siete familiares.
La familia Garay va por su quinto día en el refugio habilitado en el Gimnasio Municipal de Cuautitlán y cuenta a Publimetro que rescató a dos de sus hijos cuando el lodazal estaba a punto de llegar al ras de uno de los colchones donde dormían.
“Me salí de mi casa como a las ocho de la noche y el agua ya casi me llegaba a las rodillas. Mi esposo y yo llevamos a mi hijos hacia la carretera para irnos al alojamiento. Todavía como a las dos de la mañana fuimos por los últimos”, añade.
Apenas pasa el trago amargo de haber dejado su casa y saber que su refri quedó flotando y María de los Ángeles ya ve irregularidades en el albergue.
Menciona que personal del DIF les da cobijas y comida, pero la ropa y los postres los escogen.
Laura Garay coincide: “desde el viernes vimos que llegaron unos tenis Converse y unos pastelotes, pero no nos dieron. Sólo los pusieron para que los medios tomaran fotos y se los llevaron”.
Y la espera será larga, pues los afectados comentan que vivirán en el gimnasio por lo menos dos meses más. Mientras que el encargado del lugar, José Ramón Rodríguez, menciona que se espera tener a la gente en dicho sitio por dos semanas.