Hay piezas llenas de ornamentos, que estallan de color, impactan con sus atrevidas transparencias o iluminan a golpe de brillo… Y luego está ese pequeño duende que ocupa un mínimo espacio en tu armario y no pierde su energía en reclamar protagonismo. Las otras son reinas de temporada, él sabe que es el monarca absoluto, el irremplazable y la prenda clave del estilo lady: es el Little Black Dress.
Era el primer día de octubre de 1926 cuando Vogue registró de este lado del Atlántico el nacimiento oficial del LBD, de Coco Chanel. Mucho después Audrey y Givenchy le llevarían al Oscar y el mundo le proclamaría como el mejor vestido de la historia del cine. Como un lienzo sobre el que cada elemento compone el look total, él siempre domina por su sobriedad y delicadeza.