Todas hemos creído “conocer” a un hombre, hasta que de pronto nos sorprende con una actitud o frase que nos descoloca. Existen muchas técnicas para saber cómo es la personalidad de alguien realmente, pero una poco conocida –o más bien poco practicada– es la grafología. Para conocer algunos detalles contactamos a Elizabeth Olguín Müller, grafoanalista, perito calígrafo y directora de Grafólogas de Chile (www.grafologasdechile.cl). ¿Debemos fijarnos en la letra de un prospecto de pareja? “Son muchas las variables en que debemos fijarnos, y debe ser concordante con la forma propia de ser y de escribir para encontrar el equilibrio en esta unión. Por ejemplo, si quieres un hombre contenedor, cálido, receptivo, amoroso, debes observar que en su escritura predominen los trazos curvos y/u ovoidales, que le darán ductilidad, flexibilidad, empatía. Además, que su escritura sea legible, es decir, entendible para cualquiera, ya que se pondrá en el lugar del otro”, explica Elizabeth.
RECONOCE A… Un mentiroso Para la especialista, la escritura se presentará generalmente confusa y poco legible. Esto es con emborronamientos, manchas y falta de claridad. La firma igualmente ilegible, con rúbrica envolvente y poco clara, quizás con exceso de complicaciones y artificios. La firma tachada, es decir con trazos que se entrecruzan por encima de ella, perdiendo claridad y transparencia.
La trayectoria del renglón será ondulante, y habrá quizás presencia de algunos rasgos escurridizos, que se llaman filiformes, que es como estirar una hebra de lana.
El que oculta secretos: “Óvalos en su escrito, emborronados oscuros en la “o”, con dobles o triples vueltas; repasos en el trazado de esta letra, o bien con pequeños círculos internos en la zona del óvalo. Uno de los caracteres delatores de lo más íntimo del Yo (óvalos a, e, o). También en la forma escritural, además de la presencia de complicaciones y adornos innecesarios, habrá predominio de arcos, que implican notable espíritu de reserva (letras m, n, ñ).
El agresivo: “De seguro presentará la forma tipo mímica, que es el formato actitudinal que un sujeto manifiesta a la hora de relacionarse con el mundo íntimo, social y consigo mismo; una escritura angulosa, como dientes de tiburón (m, n, ñ) que lo hará ser intransigente, inflexible, intolerante, irritable y con poca tolerancia a la frustración. Tiene una agresividad activa u ofensiva, que puede ejercerse tanto hacia los demás (sadismo) como hacia si mismo, por autodesprecio (masoquismo). Genera gestos acerados como lanzas. Presentará además una presión del lápiz muy marcada sobre el papel, a lo que llamamos presión alta, y con irregularidades en la trayectoria del trazo”.
El infiel: “Explicaremos que grafológicamente la canalización de la energía libidinal se encuentra fundamentalmente en la letra ‘g’, ya que está compuesta de un óvalo representativo del Yo, del mundo íntimo, de las emociones, en donde están los afectos, y en su zona inferior se encuentra configurada por una lengüeta, que nos permite conocer la profundidad y calidad de este impulso instintivo. En la ejecución de la letra ‘g’ debe ir unido óvalo y lengüeta; pues bien, sujetos que separan la emoción (óvalo), de sus instintos (lengüeta), dejarán fluir sus intereses instintivos descontroladamente, teniendo sexo, más no incorporando amor”, describe la grafóloga.
Con poca inteligencia emocional: “Para ello diremos que la inteligencia emocional es la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y la de los demás, con eficiencia y generando resultados positivos; sin embargo, aquel sujeto que presenta déficit, nos muestra una grafía sin control, con gestos lanzados hacia la derecha como una espada acerada, con terminaciones en punta, tamaño de la escritura extrema, originando que las letras choquen entre sí; las del renglón superior e inferior produciendo un caos y con ello una invasión del respeto por el otro”, dice la experta.
¿SE PUEDE MEJORAR LA ESCRITURA?
Sí, con grafoterapia. “Cuando detectamos en la escritura aspectos negativos que condicionan e impide el normal desenvolvimiento de un sujeto en su vida, podemos por medio de la modificación de la forma de escribir lograr un cambio profundo y estable. Esta terapia lo que logra es modificar las actitudes negativas de todo tipo, que impiden a un sujeto comportarse y moverse por su mundo de modo natural y sanamente adaptado, sin que existan dificultades por temores, miedos, fobias, obsesiones, por exceso de agresividad, timidez, indecisión o apasionamiento. En definitiva, consiste en reeducar el gesto gráfico cuando detectamos alteraciones y trastornos en la escritura”.
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