Ocho mexicanos han muerto en Estados Unidos bajo la pena capital. Siete de ellos han sido ejecutados en Texas, uno de los estados más conservadores de la Unión Americana, y uno más en Virginia.
Sin embargo, en 1997 un joven que pasó 15 años preso y sentenciado a pena de muerte en Texas, logró librarse de la sanción y saltó a la fama: Ricargo Aldape Guerra.
Nacido en Monterrey, decidió pasar como indocumentado en 1982. Se le acusó de haber asesinado al policía James Harris, aunque fue Roberto Carrasco, otro ilegal que lo acompañaba, el homicida.
Luego de que las fuerzas del orden abatieran al asesino del agente, Aldape Guerra fue arrestado y acusado formalmente por el homicidio de Harris, en Texas.
Su juicio estuvo plagado de irregularidades: desde testigos falsos, otros que declararon bajo presión y alteración en las pruebas.
Seis veces se salvó de morir por la inyección letal, una de ellas, cinco horas antes de que pasara por el “corredor” de la muerte.
Tras ganar el caso, regresó a Monterrey donde fue recibido como héroe. Se escribieron libros sobre su travesía, se filmaron películas y participó en la telenovela Al Norte del Corazón, producida por TvAzteca.
Grupos norteños también se unieron a la protesta y compusieron corridos en defensa del mexicano, por ejemplo, Los alegres de Michoacán.
Cuando estaba en el mejor momento de su vida, murió en un accidente automovílistico en San Luis Potosí, cuando se dirigía del DF a Monterrey, en agosto de 1997, cuatro meses después de haber salvado la vida en Texas.
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