1. Comes de forma inconsciente. En muchas ocasiones comemos sin saber lo que comemos. La alimentación se convierte en una rutina a la que no prestamos atención: no somos conscientes de lo que nos llevamos a la boca y, por tanto, no mantenemos ningún control sobre nuestra dieta. La alimentación inconsciente nos hace comer más y peor, pues cuando estamos distraídos tragamos por inercia, aunque no tengamos hambre.
¿Cómo solucionarlo? Trata de ser consciente de lo que comes: concéntrate. La alimentación consciente es una de las herramientas más útiles para adelgazar y mantener una vida saludable. Se trata, además, de una técnica cada vez más popular que cuenta con libros, cursos y todo tipo de ejercicios. La máxima, en cualquier caso, es comer con intensidad, disfrutando, pero sólo cuando tenemos hambre.
2. Comer es tu único placer. Para algunas personas comer puede convertirse en una adicción en toda regla. Mucha gente que se pega atracones en cuanto llega a casa lo hace tan sólo porque no tiene nada mejor que hacer. Numerosos estudios han constatado que la grasa y el azúcar liberan ciertos neurotransmisores que nos provocan placer: tienen efectos similares a los de la cocaína. En definitiva, el placer y el relax que sientes al devorar un bol de helado es real y te empuja a comer más de la cuenta.
¿Cómo solucionarlo? Debes buscar algo que te haga sentirte bien y no sea la comida –ni la droga, claro–. Si no estamos pasando por nuestro mejor momento lo mejor es que practiquemos alguna actividad que nos despeje un poco la cabeza, nos entretenga, y nos aleje de la nevera. Practicar deporte es una buena opción, pero también puedes ir al cine, quedar con los amigos o dedicarte a cualquier hobby. Lo importante es que comer no centre tu tiempo libre.
3. Tienes poca habilidad para tolerar las emociones negativas. Se trata de un problema muy relacionado con el punto anterior: comemos porque nos aburrimos y nos aburrimos porque lo pasamos mal. Se trata de un círculo vicioso que sólo podemos romper si aprendemos a controlar nuestras emociones. Por desgracia, desde pequeño nos han enseñado a ocultar los sentimientos que nos hacen sentir mal y las herramientas con las que contamos para que pasen desapercibidos no suelen ser muy saludables. Hay quien se da al alcohol, pero también quien se refugia en la comida.
¿Cómo solucionarlo? Debemos aprender a experimentar emociones dolorosas sin tratar de ocultarlas. No es que sea agradable estar triste, furioso o aburrido, pero tenemos que aprender a lidiar con ello sin necesidad de tapar las sensaciones con una solución tan poco aconsejable como comer un enorme trozo de torta.
4. Tienes un problema fisiológico. La alimentación emocional no siempre tiene un origen psicológico: si no llevamos una vida saludable en el plano físico también podemos incurrir en esta práctica. Estar muy cansado, tener horarios de comida irregulares o llegar con demasiada hambre a casa puede conducirnos a la sobrealimentación emocional. Si estás muy cansado o hambriento no reaccionarás ante la saciedad y comerás con el piloto automático, más de la cuenta.
¿Cómo solucionarlo? Como han constatado numerosas investigaciones, nuestros horarios vitales determinan fuertemente la manera en que comemos y cómo nos sienta esta comida. Si estás cansado, duerme más; si tienes horarios irregulares de comida, trata de ser más disciplinado. Todo es cuestión de organizarse: ‘no tengo tiempo’ no debe ser una excusa cuando hablamos de salud.
5. Odias tu cuerpo. Estar descontento con tu figura física es uno de los principales factores de la alimentación emocional, y el más peligroso, pues puede acabar provocando un trastorno alimenticio. La negatividad y la vergüenza no son buenos compañeros para lograr cambios a largo plazo. Muchas personas creen que dejarán de odiar a su cuerpo cuando consigan adelgazar, pero la realidad es que para tener una alimentación saludable debemos dejar de odiar a nuestro cuerpo antes de intentar seguir una dieta pues, o fracasaremos en el intento o se nos irá de las manos, como ocurre con las personas que sufren anorexia.
¿Cómo solucionarlo? Los sentimientos negativos proyectados sobre uno mismo son muy difíciles de solucionar, cada caso es único y suelen influir muchos factores. Si crees que tu alimentación emocional está causada por este punto lo mejor es que busques ayuda profesional.
Con información de Publimetro Chile
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