Las interminables conversaciones hasta las cuatro de la mañana, cambiar el computador que cargaba lentísimo una canción, dar zumbidos insistentemente para que el otro respondiese, o tener que soportar las ínfulas de diseñador gráfico de sus amigos, quienes escribían con terrible ortografía, peor fuente y pésimo color, su “original” nombre. Sí, todo eso pasó cuando solo teníamos Messenger.
Aquí les dejamos algunas cosas que les harán recordar cómo se comportaban ustedes y lo que hacían en la primera red social que definió sus vidas.
1. Su nombre en Cómic Sans porque se veía más “original”: Fue la fuente que tuvo más abuso en la primera década de 2000. Seguramente el nombre “Cómic” rememoraba una sensación de originalidad, de la que cualquier individuo asiduo al Messenger hacía gala. Lo mejor era cuando escribían en esta misma fuente todo su nombre con un mensaje sacado de una canción “dark” y wannabe (Cualquiera de ‘Héroes del Silencio’, ‘Mago de Oz’ o ‘Rata Blanca’). Hermosa composición visual.
2. Su nombre no era su nombre: Ustedes “ezkrivían azii ^_____^” porque supuestamente, era genial. Pero era todo su nombre, y por lo general era un apodo “cool” que pretendía definirlos. El color era clave. Por ejemplo, si querían ser profundos y amaban a Kurt Cobain, entonces se llamaban: “Marzelita Cobain” o “LadyofTheDarkness2002”, en vinotinto, rojo sangre o morado. Si amaban el anime, entonces se llamaban: “Vegeta194587” o “SaiyanGiovanny242”, preferiblemente con los colores de la bandera de su país, o en azul rey. Los números se escribían porque los demás nombres ya estaban tomados.
3. Mostrar “lo que estoy escuchando” era todo: Eso los hacía verse más interesantes. Su nombre de por sí tenía que ser destacable, pero mostrar cuán divertidos eran a través de sus canciones era lo primordial. Con eso podían conquistar chicas que ya habían pasado a su chat privado (y que habían conocido en lugares tan tenebrosos como LatinChat).
4. Los emoticones eran el MUST: Eran pocos, pero lo valían. La carita feliz, la carita enojada, el angelito, etc. Cuando el servicio mejoró, comenzaron a colocar gifs animados que se demoraban un montón y copaban toda la pantalla.
5. Ustedes eran un fastidio personalizando el Messenger: No solo bastaba con tener que ver sus ilegibles nombres. Teníamos que ver a nuestros amigos cambiando la foto de pantalla, y luego los enemiles cambios de color del recuadro del chat. Fue peor cuando Messenger implantó el servicio de personalización: La psicodelia de aquellos motivos de pantalla no tenía nombre.
6. Tú y tus zumbidos on-line: En Facebook y en Whatsapp uno no puede insistir en que el otro le conteste. Pero en Messenger se perdía toda vergüenza social. El zumbido le recordaba de manera general y comprometedora a la persona con la que estaban chateando, que respondiera.
7. Las canciones se demoraban un siglo en cargar: Y cualquier archivo, en general. A veces ni cargaban. Pero ustedes eran felices hablando con sus amigos mientras revisaban (y no se fosilizaban en el proceso), si su archivo ya había pasado al otro lado.
8. Las quinientas pantallas en su computador: Con cada chat ustedes tenían que abrir una pantalla independiente, lo que copaba todo su escritorio (sin contar las maromas que tenían que hacer para abrir el XP o el Internet Explorer y seguir en la conversación). Esto hacía un relajo visual increíble. Tanto, que ustedes a veces se confundían de conversación.
9. “¿Y este de dónde salió?”: Ustedes muchas veces tenían contactos que les comenzaban a hablar de la nada, sin saber de dónde los conocían, o como y cuando. Lo cual era muy extraño. Al final terminaban haciendo buenas relaciones, o simplemente los eliminaban.
10. Los grupos eran una locura: Hablar con más de tres personas era otro enredo comunicacional impresionante. Uno le quería responder al otro, pero el tercero se metía para responderle al cuarto, que quería responderle al quinto. Al final, milagrosamente, todos se entendían.