¿Sabías que 80% de las compras se realizan por impulso, de acuerdo al estado de ánimo, al vacío personal o al nivel de felicidad o euforia del cliente?
Un estudio publicado por la revista Business Week reportó que sólo dos de cada 10 decisiones de consumo son racionales. Para evitar, en la medida de lo posible, desterrar la adquisición compulsiva de bienes, el sitio finanzaspracticas.com y la Condusef te recomiendan:
1. No derroches
Es común que cuando recibes un aumento, un bono o el pago de un día extra, quieras celebrar o comprar objetos que antes no podías adquirir. Es válido que premies tu esfuerzo, pero ello no es motivo para despilfarrar el dinero. Recuerda que aún hay gastos y responsabilidades financieras.
Para evitar lo anterior, lo ideal es rehacer tu presupuesto, basado en tus nuevos ingresos, y calcular qué cantidad puedes gastar libremente, sin comprometer otros rubros.
2. No te dejes llevar por la euforia
Al experimentar la emoción de estrenar algún artículo o aprovechar las ofertas y rebajas que suelen organizar las tiendas, es muy probable que realices gastos que no tenías previstos y que, seguramente, al día siguiente, te causarán una resaca financiera.
Para evitar esto, lo mejor es que, de forma previa, determines una cantidad de dinero para ese tipo de gustos y te apegues a ella. Si crees que será muy difícil, al salir de casa lleva sólo dinero en efectivo y deja las tarjetas en casa.
3. No gastes al estar triste o enojado
Si tu estado de ánimo no es óptimo y decides hacer una compra, te arriesgas a llevarte algo innecesario, feo o muy caro. Cuando estás alterado, es difícil ser objetivo y analizar con claridad las decisiones. Es probable que la compra te haga sentir mejor momentáneamente, pero eso no significa que sea algo útil o necesario. Recuerda que comprar no es un remedio para tu malestar; mejor acércate con una persona de confianza y cuéntale lo que te sucede.
4. Analiza y no te dejes llevar por las ofertas
Una promoción es una oportunidad de adquirir algo que nos gusta a menor precio. Sin embargo, para muchas personas la oferta es sinónimo de comprar todo lo que puedas. Hay rebajas tan tentadoras que provocan una sensación imperiosa de tener aquello que se oferta y terminas comprándolo. Siempre que consumas en temporada de rebajas, haz una lista de las cosas que quieras adquirir y apégate a ella.
5. Antes de pagar, pregúntate: ¿lo necesito?
Al encaminarte hacia la caja es crucial que seas sincero y te preguntes: ¿necesito este producto?, ¿es útil en mi vida diaria?, ¿tengo dinero disponible para pagarlo?, ¿si uso la tarjeta de crédito, será un deuda más?
Si alguna de las respuestas es positiva, lo mejor será pensarlo dos, tres o cuatro veces antes de pagar la cuenta. Lo ideal es que ahorres y, si decides hacer un compra, fijes una cantidad para ello y no gastes de más.
6. Responde sí a tus metas financieras
La planeación y el ahorro te llevarán muy lejos. Con orden y disciplina podrás seguir el plan financiero que hayas trazado para lograr uno a uno tus objetivos. En poco tiempo verás que llevar una vida financiera saludable te hará sentir pleno y feliz.
7. Cambia tu concepto del dinero
Gastar la quincena no es malo, como mucha gente cree: es un medio que nos permite subsistir y lograr nuestras metas. Lo importante es usarla correctamente para garantizar lo indispensable (casa, alimento, servicios, educación, esparcimiento o vacaciones) y disfrutar lo que nos gusta. Mentalízate a ser administrador de los recursos que tengas y a utilizarlos sabiamente.
8. No sufras; mejor haz compras inteligentes
El dinero no se hizo para sufrir, sino para que las personas y sus familias obtengan una mejor calidad de vida y desarrollo.
Para ello, debes practicar el hábito de las compras inteligentes, lo cual significa elaborar un presupuesto, establece metas y adquirir los productos necesarios, útiles e indispensables para mantener o mejorar tu calidad de vida.