Paso 1. Descubra de qué está hecho el martes
Puedo dudar acerca de mi dirección de vida, pero algo que tengo muy claro es que los martes no tienen personalidad. Las canciones se escuchan lóbregas, la hora de comida dura lo que tiene que durar y las nubes ni siquiera se preocupan por mostrar figuras intrigantes. Los martes se hicieron para valorar la diversión o el ataque de los otros días de la semana.
Paso 2. Observe la estrategia del acomodo de los días
Situado entre dos robustos y complicados competidores como son el lunes (el más odiado de los días, enemigo público número uno de quien se precia conocer las artes del disfrute del fin de semana) y el miércoles (el “ombligo” que para el optimista, es jueves chiquito en la nueva escuela y tradición de entender al jueves como nuevo viernes), el martes francamente no figura, más que como un estorbo.
Paso 3. Pregúntese por qué son así los martes
Los martes van a la baja. Si fueran acciones, el resto de los días ya hubieran adquirido todos sus minutos y hasta les debería años. Los martes son el músico del café que nadie ve, al que nadie aplaude porque ni escuchó. Los martes son un fistol viejo que nadie quiere ponerse, pero que va instalado al único saco que tienes.
Los martes son el policía que ni es corrupto ni es eficiente y que en numerosas ocasiones lo confunden con el mobiliario de la delegación. Los martes son la parte de la paleta de caramelo que no te gusta y que, al no poder separarla, no hay más que tragarla. Los martes no saben ni qué hacer con ellos mismos en la semana: por eso se ocultan y buscan pasar silenciosamente inadvertidos.
Paso 4. Vea cómo cambiar la maledicencia de ese día
El martes no dan ganas ni de maldecirlo. En martes uno podría suicidarse o ganar otra vida y ni así sería noticia. Por eso no es buena idea apostar, viajar a otro planeta ni cavar un hoyo en martes: tendrán la misma cualidad del día y serían olvidados el primer minuto del miércoles. Probablemente si Donald Trump, el Chapo , Robben o algún otro archivillano dedicara tiempo para hacer lobbying a favor de quitar el martes o mejor aún, volverlo feriado, tendrían la presidencia de cualquier organización, asegurada.
Paso 5. Tranquilice sus días
Los viernes son la doctrina moderna de la felicidad. Si es quincena, es absoluta. Pero la vida es corta. Demasiado corta como para pasarla esperando a que sea viernes. La propuesta es que asuma que el nombre no es un absoluto y que en la medida de lo posible, haga de la posteridad el presente sin importar cómo designa al mentado día.
Tres ideas para darle vida al martes:
Ponte esta expo en martes
Lánzate a la exposición Superoposiciones, que cuenta 56 obras de 12 artistas latinoamericanos y que son traídas de cuatro de las colecciones privadas más importantes del arte moderno.
Superposiciones
Museo Rufino Tamayo
Reforma 51, Polanco
Atáscate ahora que hay BBQ
Empácate unas costillas BBQ al estilo texano, pero en Coyoacán. Encontrarás la tradicional costilla de cerdo, pulled pork o pechuga de pavo: hay para todos los atascados gustos.
Los Po’Yoboys
Av. Coyoacán 1123, Del Valle.
Sal del martes
En la parte superior de un centro comercial encuentras esta impresionante terraza con vista a Santa Fe y un vistoso salón en el que los cocteles y el tabaco de sabores amenizan cualquier martes.
Hookah
Vasco de Quiroga 3880, Santa Fe.