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Los chilenos que son muy famosos en México

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A principios de los 90, la banda La Ley se apoderó de varios de los puestos de popularidad en la radio mexicana. Sus letras y su música fresca se incrustó en la mente de aquellos que enarbolaron el rock en tu idioma, un movimiento que rindió frutos en toda la región.

Pero La Ley tenía una particularidad: eran chilenos. Los segundos en hacer eco en todo el continente después de que Los Prisioneros, de finales de los 80, presentara al mundo hispano lo que pensaban los jóvenes de ese país después de la dictadura de Augusto Pinochet.

La Ley, como otros grupos, se mantuvo en el gusto de varias generaciones con temas como Cielo Market, Tejedores de ilusión, Doble opuesto, y los clásicos El Duelo y Mentira, que son parte de ese soundtrack de las generaciones que ahora se disponen a criar a los nietos.

Pero el rock en español no solo es La Ley o Los Prisioneros, sino que evolución a otros rubros, y el más destacado, tal vez, es el del teatro guiñol, donde 31 minutos es el rey de América Latina.

Las 31 de Tulio

Con un tono ácido que embelesó a los más grandes (tal vez, esos fans del rock), esta compañía de títeres que emula un noticiario hecho con calcetines es una de las referencias más fuertes de Chile en los últimos años.

La banda (de titiriteros) se presenta de manera frecuente en México, y sus fans se cuentan por miles, tantas, que las hordas llenaron todo un fin de semana el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México hace apenas unas semanas.

El éxito de 31 minutos se puede definir como uno que apunta a chicos, jóvenes, y no tan jóvenes, y que se basa en la relatoría de hechos cotidianos con un lenguaje sencillo, perspicaz pero muy divertido, y que no deja fuera a ninguna generación.

Es como si Cri-Cri cantara sobre temas sociales más allá del Negrito Cucurumbé, o mejor dicho, si lo hiciera en pleno 2015.

Esas dos bandas son ejemplos de que Chile está muy presente en México.

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