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Los 38 policías “peludos” que trabajan para la PGR

Binomios. Los perros forman parte de la Unidad Canina de la Agencia de Investigación Criminal que se encarga de la detección de restos humanos, explosivos, narcóticos, dinero y armas.

“Ziba”, “Zeus”, “Güera”, “Lobo” y “Barros” son cinco de los 38 perros que cuentan con un adiestramiento en las especialidades de detección de restos humanos, explosivos, narcóticos, dinero y armas.

Ellos pertenecen a la Unidad Canina que opera desde hace más de 20 años en instancias de la Procuraduría General de la República (PGR) y que actualmente depende de la recién creada Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Desde hace ocho meses, la subdirección de la unidad está a cargo de Marlenee Rivero, quien tiene una experiencia de ocho años como instructora de perros policía, adiestrados para la detección de cadáveres, drogas o explosivos, dijo en entrevista con Publimetro.

Los perros son entrenados a partir de uno a tres años de edad, por un periodo de tres a cuatro meses dependiendo la especialidad en la que vayan a ser adscritos, explicó Juan Montoya, perito profesional e instructor canino, durante una demostración de las actividades que realizan los cuadrúpedos.

Montoya agregó que a la par, los instructores se postulan para recibir la capacitación durante un trimestre y después conforman un binomio con el perro que sea más compatible con ellos.

El agrupamiento cuenta con 78 instructores y las razas de perros que más hay en el agrupamiento son pastores alemán, belga malinois y holandés, así como labradores o mestizos.

Juan Montoya comentó a este diario que si bien las razas grandes son las más comunes para realizar labores de rastreo, dicho trabajo no se limita para los pequeños.

“No hay distinción en razas, ni tampoco si son hembras y machos, lo que se busca son las cualidades del perro. Por ejemplo su capacidad para efectuar actos de cacería y recibir el entrenamiento necesario”, añadió.

Recordó que en la especialidad de búsqueda de narcóticos se cuenta con un can mestizo, que es una cruza de french poodle con maltés y trabaja como cualquier otro perro de la unidad.

Las misiones que desempeñan los binomios de la AIC se hacen después de que hay una petición formal a la dependencia, por parte del ministerio público federal o alguna otra instancia que requiera de su colaboración.

Los estados que registran más peticiones de búsqueda de restos humanos son Guerrero, Veracruz Chiapas y otros del norte como Tamaulipas.

En cuanto a explosivos se hace más para casos preventivos registrados en la Ciudad de México; mientras que en narcóticos las peticiones provienen de todo el país.

Especialidades
Juan Carlos Camacho Segoviano, perito profesional, es el instructor de la perra “Ziba”, quien tiene la capacidad de buscar restos humanos en fosas clandestinas o cualquier otra zona, así como espacios encharcados.

Explicó que una vez que el perro olfatea una zona, la delimita conforme detecta olores similares a los que despide un cadáver en alguna de sus fases de descomposición: putrefacción, hinchazón, destrucción y esqueletización.

Para esta especialidad se cuenta con ocho perros de distintas razas y que están en entrenamiento constante.

Una vez que el canino encuentra la zona más cercana a dicho hedor, rasca para informar o hacer notar que en la zona puede haber restos humanos.

Después los peritos, expertos en antropología, genética o medicina forense son quienes se encargan de hacer el resto del trabajo de levantamiento e identificación.

Para entrenar a los perros de esta especialidad se emplean pseudos o sustancias químicas que asemejan el olor de un cadáver, las cuales se conoce como putrescinos o cadavéricos, los cuales se impregnan en juguetes o pelotas.

Algunos restos han sido detectados por los animales a una profundidad de entre dos y tres metros. Un caso reciente se detectó en Guerrero.

En lo que respecta a la especialidad de rastreo de explosivos se cuenta con cinco perros que pueden olfatear sustancias similares a la pólvora, dólares o armas, sin importar su antigüedad, detalló el instructor Gustavo Cruz Cruz.

En dicho agrupamiento trabajan; “Zeus”, un pastor belga, y “Güera”, una hembra labrador quienes pueden ser llevados a aeropuertos, terminales de camiones, escuelas, embajadas o para revisar vehículos oficiales de forma preventiva.

Cruz Cruz dijo que en México no se cuenta con muchas alerta de este tipo y por ello la labor se concentra en fase preventiva, sin que ello evite que los binomios trabajen en una detección real.

Sin embargo, afirmó que si hubiera alguna alerta de hallazgo de artefactos explosivos en México, tras los ataques terroristas ocurridos en París, Francia, se cuenta con la preparación para un rastreo con binomios de la AIC.

Comentó que en dicha especialidad han contado con adiestramientos del Gobierno del Estados Unidos y de Francia.

Para la división de narcóticos, la unidad cuenta con 25 perros que trabajan con sus respectivos instructores, como es el caso del canino “Barros”.

Juan Montoya Ruiz, encargado del área abundó que todos los instructores de esta especialidad tienen por lo menos cuatro años de experiencia trabajando con pastores alemán, belga u holandés.

Ellos reconocen sustancias químicas con olores similares a la marihuana, cocaína y heroína, las cuales se compran a una empresa en particular.

También pueden detectar olores de dólares, los cuales fueron donados por la embajada de Estados Unidos en México.

“Es mentira que los perros sean drogados para ser entrenados. Además no tenemos los permisos para manejar drogas reales, usamos productos químicos que asemejan el olor de la marihuana, cocaína y heroína, dólares americanos que nos proporcionó la embajada de EU, euros no, pero se piensa integrar”, abundó.

Dijo que han tenido perros donados por el Gobierno estadounidense y ya están capacitados para detectar metanfetaminas.

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