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Chilapa, tras nueve meses de terror llegan fuerzas federales

En mayo de 2015, con 300 elementos el Ejército mexicano y la Gendarmería Nacional asumieron el control de la seguridad en Chilapa, tenían la misión de frenar la violencia y la inseguridad, pero no pudieron, por lo que en enero de 2016, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, anunció el arribo 4 mil elementos de fuerzas federales y la construcción de un cuartel militar

El anuncio se dio tras nueve meses de terror, ejecuciones, secuestros y desaparición de personas.

La ola criminal, que se volvió incontenible, se acrecentó desde el asesinato del candidato del PRI a la alcaldía; Ulises Fabián Quiroz, y la toma de la cabecera municipal que derivó en “levantón” de 16 personas.

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Este pequeño municipio guerrerense se convirtió, a pesar de la vigilancia de fuerzas federales, en uno de los escenarios de la disputa entre los grupos criminales de Los Rojos y Los Ardillos, lucha que dejó decenas de muertos, entre ellos, mujeres y niños.

A ningún municipio de México se habían trasladado tal cantidad de soldados y elementos de la Policía Federal como a Chilapa, que tiene poco más de 120 mil habitantes; un despliegue de 4 mil soldados sólo se había visto para proteger toda una entidad, a Michoacán –con 4.3 millones de habitantes- para combatir al crimen organizado en febrero de 2012.

Rojos vs Ardillos

En diciembre de 2009 el fraccionamiento Altitude de Cuernavaca, Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas” y tres de sus escoltas murieron durante un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Marina, uno de ellos era Jesús Nava Romero «El Rojo». El Cártel de los Beltrán Leyva se dividió en Morelos y Guerrero, una facción se hizo llamar “Los Rojos” y estuvo contralada por la familia Nava Romero (José, Ramón, Mateo, Leonor y María del Carmen), originarios del municipio de Leonardo Bravo.


Las fuerzas federales detuvieron a Leonor “La Garra” y María del Carmen Nava Romero, mientras que su hermano José fue asesinado, por lo que la familia perdió el control de la organización. El liderazgo en Guerrero de “Los Rojos” recayó en Omar Cuenca Ramírez “El Niño Popis” y en Santiago Mazari “El Carrete” o “El 8” en Morelos.

“Los Rojos” tiene predominio en el corredor de los municipios guerrerenses de Tixtla y Chilpancingo.

Por su parte, “Los Ardillos” tiene su origen con Celso Ortega Rosas, “La Ardilla”, (padre de Bernardo Ortega Jiménez, ex alcalde de Quechultenango, ex diputado local por el PRD y ex presidente del Congreso Estatal), quien se ostentaba como ganadero y agricultor en la comunidad Tlanicuilulco, donde formó una banda de secuestradores y extorsionadores que operaba con impunidad en el municipio Quechultenango.

Tras el asesinato del jefe del clan, Celso y Antonio Ortega Jiménez, asumieron el control del Cártel.

“Los Ardillos” elaboran droga en Quechultenango y Ahuacuotzingo, además controlan el corredor de Olinalá, Metlatónoc, Igualapa y Ometepec, donde extorsionan y secuestran a choferes del transporte público, también cobran derecho de piso a comercios y movilizan la piratería.

La disputa por el control de Chilapa ha sido abierta entre “Los Rojos” y “Los Ardillos”.


Chilpa es un municipio que conecta la región Centro con la Montaña de Guerrero, ahí se siembra amapola, y es el corredor para salir hacia Estados Unidos, por eso ambos están enfrentados.

Nueve meses de terror

La sangre y la muerte fueron constantes durante el 2015 en Chilapa, el 7 de enero fueron hallados 10 cadáveres decapitados y 11 cabezas humanas en una fosa clandestina las inmediaciones del poblado de Tepehuixco.

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La violencia iría en aumento, y los actores políticos no serían ajenos estos hechos. El 1 de mayo de 2015, cuando se dirigía a un mitin en la comunidad de Atzacoaloya, a 35 kilómetros de la cabecera municipal, Ulises Fabián Quiroz, candidato del PRI a la alcaldía de Chilapa, fue asesinado por un comando armado.

«Es muy evidente la participación del crimen organizado, por las evidencias encontradas en el lugar de los hechos, además de testimoniales y las pruebas periciales que se están llevando a cabo», explicó el entonces fiscal de Guerrero, Miguel Ángel Godínez Muñoz.

Aunque había antecedentes de violencia en el municipio este sería el punto de partida para los nueve meses plagados de crímenes y sangre. La lucha entre “Los Rojos” y “Los Ardillos” se hizo evidente.

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Del 9 al 14 de mayo de 2015, unos 300 civiles armados que sitiaron Chilapa. Los civiles armados, quienes se hicieron llamar “autodefensas”, catearon domicilios y golpearon a los pobladores, dijeron que hacían una “limpieza” del grupo delincuencial “Los Rojos”, y señalaron que iban por Zenén Nava Sánchez “El Chaparro”, jefe de plaza de ese grupo criminal.

“Los Ardillos” encabezaban a los civiles que entraron a Chilapa, asumieron el control de la cabecera municipal ante la inacción de militares y policías federales y estatales durante cinco días.

Se llevaron a 16 personas. Entre los hombres que fueron levantados por “Los Ardillos” y los civiles armados iban los hermanos Miguel, Juan y Víctor Carreto Cuevas, de 23, 20 y 15 años de edad, familiares del ex director de Seguridad Pública, Silvestre Carreto González, a quien se le vincula con el grupo de “Los Rojos”, muy cercano a “El Chaparro”. También se llevaron a Crispino Carreto González y a su hijo Samuel Carreto Vázquez, de quienes no se presentó denuncia. Los cinco fueron asesinados.

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Tras estos incidentes, unos 300 elementos del Ejército Mexicano, de la Policía Federal y del estado de Guerrero, asumieron el control de la seguridad, sin embargo, la violencia no se redujo.

Tres días después, la noche del lunes 18 de mayo, un grupo de desconocidos incendió la casa de Silvestre Carreto González en Ahuihuiyuco.

No sería el único atentado contra los familiares de Silvestre Carreto González, el 3 de noviembre de 2015, Alejandro Carreto Cuevas, su hijo, fue asesinado. Una semana más tarde, el 10 de noviembre, otros cuatro familiares fueron acribillados: María Guadalupe Carreto González y sus dos hijos (menores de edad), y Rubén Carreto Carreto. El 22 de diciembre, Bernardo Carreto González, fue asesinado en Tepozcuautla, él era el padre de Miguel, Juan y Víctor Carreto Cuevas.

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Con el cambio en la administración municipal, la presión y el hostigamiento llegarían a los nuevos gobernantes a través de un asesinato. El 6 de septiembre fue torturado y ejecutado Antonio Silva Zicatl, quien se perfilaba como secretario General del Ayuntamiento.

El 24 de octubre un chofer de la ruta Tlamtepanapa-Chilapa fue atacado a tiros en las calles del centro del municipio. En menos de 72 horas, fueron encontrados los cadáveres de un hombre y una mujer, con huellas de tortura en Chautla. El 30 de octubre, los cuerpos de tres hombres fueron arrojados a un costado de la carretera Chilpancingo–Chilapa. Horas más tarde se sumarían otros tres asesinatos, uno se registró en la glorieta Eucaria Apreza, otro en el punto conocido como “Los Magueyes” y el último, decapitado, en el tramo carretero Chilapa-Acatlán.

En octubre, Héctor Astudillo, como gobernador electo, reconoció que en Chilapa había más de 100 personas desaparecidas.

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En el tramo carretero Atzacualoya-Hueycantenango, tres mujeres indígenas y el conductor del transporte público, fueron asesinados el 24 de noviembre.

El 8 de diciembre, entre las comunidades de Agua Zarca y Tepozcuatla, tres hombres fueron ejecutados a balazos. Dos personas perdieron la vida y otra más herida fue el saldo de una balacera en la terminal de autobuses de Chilapa, el 27 de diciembre.

En 2016, tampoco llegó la paz y la tranquilidad a este municipio. El día 7 de enero, fue levantado un policía estatal, su cuerpo fue encontrado calcinado dentro de un vehículo al día siguiente

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El 21 de enero, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, visitó el municipio, para anunciar la construcción de un cuartel militar, y la implementación del “Operación Chilapa”, es decir, la llegada de más fuerzas federales para el combate a la delincuencia.

Ante la imposibilidad de las fuerzas federales de frenar a “Los Rojos” y “Los Ardillos”, en nueve meses, Chilapa pasó de tener 300 efectivos del Ejército y la Gendarmería Nacional, a tener 4 mil uniformados.

El noticia no intimido a los grupos criminales, dos días después fueron localizadas seis bolsas negras de plástico con dos cuerpos humanos descuartizados frente a la catedral, en el centro de Chilapa.

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El “Operación Chilapa” se puso en marcha el 27 de enero, y menos de 24 horas después se registró un enfrentamiento entre fuerzas federales y hombres, lo que dejó un saldo de dos policías heridos y un civil, tras el altercado, logró escapar Zenén Nava Sánchez “El Chaparro”, jefe de “Los Rojos” en Chilapa.

El gobierno federal no pudo controlar la violencia y el crimen Chilapa, por eso tuvo que aumentar el número de efectivos de fuerzas federales, reconoció sin decirlo que fue incapaz de establecer la tranquilidad en el municipio.

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