Decenas de miles de personas se sumaron este jueves a las protestas contra el gobierno en Atenas, mientras Grecia quedó paralizada por una huelga general contra una reforma del sistema de pensiones vinculada con el rescate financiero del país.
La policía dijo que unas 40,000 personas participaron en las protestas, que fueron mayormente pacíficas antes de que estallasen choques esporádicos entre manifestantes anarquistas y policías en las afueras del parlamento y otras partes del centro de la capital.
La policía usó gas lacrimógeno y granadas aturdidoras contra decenas de anarquistas encapuchados. Vendedores callejeros, turistas y transeúntes escaparon a cubrirse al estallar la violencia, al tiempo que un periodista fue atacado por anarquistas y hospitalizado, pero sus heridas no eran graves, dijo la policía.
También hubo protestas en al menos otra decena de ciudades, y en varias de las marchas se sumaron campesinos con sus tractores.
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Las pensiones a cambio del rescate financiero
Los sindicatos están furiosos con la reforma de pensiones que es parte de las condiciones para el paquete internacional de rescate financiero a Grecia. El gobierno, encabezado por el partido izquierdista Syriza, está tratando de reformar el sistema de pensiones aumentando las contribuciones al seguro social para no reducir las jubilaciones, pero críticos dicen que las reformas obligarán a que muchos destinen hasta tres cuartas partes de sus ingresos a impuestos y contribuciones.
La oposición a la reforma ha sido amplia y está uniendo a un grupo dispar de profesiones, incluyendo campesinos, artistas, taxistas, abogados, médicos, veterinarios, ingenieros y marineros.
La huelga general del jueves es la movilización más significativa que ha enfrentado el gobierno del primer ministro Alexis Tsipras, desde su ascenso al poder hace poco más de un año.
La paralización fue amplia. Escuelas y muchos negocios privados estuvieron cerrados, mientras que el transporte, incluyendo vuelos y ferry, enfrentó demoras y cancelaciones. El paro además frenó el flujo de miles de migrantes y refugiados que viajan desde las islas griegas, adonde usualmente llegan primero.
Los hospitales estatales estaban funcionando con personal de emergencia, mientras que granjeros mantuvieron sus bloqueos de carreteras, que han obligado a automovilistas a tomar grandes desvíos.
La huelga se produce en momentos en que inspectores del rescate internacional se reunieron con el ministro del Trabajo George Katrougalos para discutir las reformas de pensiones. El hotel en el centro de Atenas donde se celebraban las reuniones estaba fuertemente custodiado.
Cuando estaba en la oposición, Syriza, se mostró contrario a la reforma de las pensiones, pero el año pasado se vio obligado a dar un drástico giro en su política ante la dura decisión de firmar un tercer rescate o salir de la eurozona.
Syriza ha emitido incluso un comunicado mostrando su apoyo al paro del jueves.
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