La violencia, los secuestros, levantones y homicidios, producto de la disputa entre los carteles Jalisco Nueva Generación y de los Caballeros Templarios, por el control de la plaza, han sido la constante en Colima, por ello, José Ignacio Peralta Sánchez, gobernador electo en esa entidad, tiene un gran reto en materia de seguridad.
En entrevista para El Big Data Mx, a unos días de que tome protesta, Peralta Sánchez reconoció que este tema es delicado y aseguró que será una de las prioridades de su administración.
“Es un tema que ha generado un gran reclamo por parte de la población. La mayor exigencia de los ciudadanos es recuperar la seguridad de nuestras calles, de nuestras ciudades, por lo tanto está siendo uno de los grandes compromisos y, por supuesto, que atenderemos de manera prioritaria”, afirmó.
Desde 2009 la violencia en Colima ha escalado, la confrontación entre las organizaciones delictivas Los Caballeros Templarios y el Cartel Jalisco Nueva Generación, debido a la ubicación estratégica de la entidad al encontrarse en medio de los bastiones de ambas bandas: Michoacán y Jalisco.
“Colima hace varios años fue el estado más seguro del país, es un tema del cual los colimenses nos sentíamos muy orgullosos, esto lamentablemente se perdió, ahorita estamos más debajo de media tabla, dependiendo de qué indicadores se nos compare en seguridad, si vamos a medir con robo a casa-habitación, con secuestro”, reconoció Peralta Sánchez.
El 21 de noviembre de 2010, el ex gobernador Silverio Cavazos Ceballos fue ejecutado fuera de su domicilio en la capital de Colima; unos meses después, el 18 de marzo de 2011, el cuerpo de Saúl Adame Barreto, coordinador de Asesores del gobernador en funciones, Mario Anguiano Moreno, apareció en una fosa clandestina en el poblado de Pihuamo en Jalisco.
En el mismo sexenio de Anguiano Moreno, otro ex gobernador, Fernando Moreno Peña, sufrió un atentado el 12 de octubre de 2015, mientras desayunaba en un restaurante de la capital del estado.
La disputa de la plaza entre los cárteles antes mencionados, se debe a que el puerto de Manzanillo, es un punto estratégico para el intercambio de mercancías con los países de Sudamérica y Asia Pacífico; y en consecuencia, un punto clave para el trasiego de drogas.
