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Francisco: una primera visita difícil de conseguir

El tema de la desaparición de Ayotzinapa habría trabado la agenda del Papa en el país

Del 12 al 17 de febrero México será testigo de la primera visita del papa Francisco -el primero de origen latinoamericano- sin embargo, traerlo al territorio nacional no fue fácil, pues incluso el tema de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, habría sido una piedra en las gestiones para agendar su visita.

La duda surgió cuando en septiembre, el papa realizó visitas oficiales a la isla de Cuba y luego pasó a Estados Unidos, pero se brincó a México, cuando nuestro país debió haber sido la entrada natural hacia territorio estadunidense.

En columnas políticas se manejó la versión de que ante las preguntas de la prensa que el acompañó en el viaje sobre por qué no visitó México, Francisco respondió: “fue un poco casual, porque pensaba entrar a los Estados Unidos por México, (por) Ciudad Juárez, pero ir a México sin ir a la guadalupana hubiera sido una bofetada”.

Ésta habría sido una respuesta diplomática, cuidadosa y sutil del Pontífice para no develar las verdaderas razones de su ausencia por México aun estando de visita oficial en Cuba y luego Estados Unidos.

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Esas mismas versiones indicaron que la primera agenda prevista para el Papa en México incluía una estancia en la Ciudad de México y una misa en Ciudad Juárez, donde haría referencia al problema de la inmigración; de ahí cruzaría por tierra a Estados Unidos, a El Paso.

Hasta aquí todo marchaba normal y todavía no ocurría la desaparición de los 43 estudiantes normalistas, pero después del 26 de septiembre de 2014, el propio Francisco habría pedido visitar la normal de Ayotzinapa para oficiar una misa para los familiares de las víctimas, propuesta que fue rechazada por el gobierno, de acuerdo con versiones periodísticas.

Sin embargo, el 22 de diciembre el nuncio apostólico, Christophe Pierre, ofició la misa de Navidad en la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, donde afirmó: “La Iglesia camina con ustedes. Lo peor cuando uno sufre es sentirse solo. Yo sé que ustedes no están abandonados. ¡Estamos con ustedes! ¡También el Papa está con ustedes!”.

Pese al primer intento fallido, el Vaticano envió señales a México para continuar con las gestiones para una visita; el 4 de enero de 2015 Francisco nombró cardenal a Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, diócesis que nunca había tenido un cardenal y una de las ciudades que visitará durante su estancia en el país.

Posterior a esto, Suárez Inda hizo declaraciones que fueron tomadas como un mensaje que quería transmitir el Vaticano: “percibo que hay una cierta manipulación y una cierta tendencia política, de intereses que se aprovechan del dolor de los padres de familia para provocar insurrecciones”.

Antes, en mayo de 2014 el papa Francisco recibió a un grupo de obispos de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), quien expusieron al Pontífice la situación de violencia que se vive en México.

Más de cien obispos de México participaron del 12 al 31 de mayo de la visita «ad limina» Apostolorum, en la que presentaron un informe detallado de las diferentes realidades que viven las 91 arquidiócesis, diócesis y prelaturas del país.

«Antes de despedirme, les ruego que lleven mi saludo al pueblo mexicano. Pidan a sus fieles que recen por mí, pues lo necesito. Y también les pido que le lleven un saludo mío, saludo de hijo, a la Madre de Guadalupe», dijo aquella vez el líder del Vaticano.

Semanas después, el presidente Enrique Peña Nieto acudió al Vaticano para encontrarse con el Papa y hacerle una invitación formal del Gobierno de México para que visitara el país, hecho que se consumó casi dos años después.

Una vez que se anunció la visita del Papa a México, el gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, viajó en diciembre pasado hasta el Vaticano con su esposa Anahí para encontrarse con el Papa y agradecer la visita del Pontífice a aquella entidad del sur del país.

Antes, en noviembre pasado, el obispo de la Diócesis de la Capital chiapaneca, Fabio Martínez Castilla aseguró que el Papa visita aquella entidad a solicitud de los propios obispos de las diócesis y no por gestiones de índole políticas.

Los interesados en la visita del Papa no sólo fue la clase política y la Iglesia, sino también empresarios, pues incluso Carlos Slim, una de las personas más ricas del mundo, financia, a través de sus compañías, la visita de Francisco a México, según dijo la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM),

El coordinador general de la CEM, Eugenio Lira, explicó que «han sido muchas las personas que se han ofrecido y están apoyando para financiar el viaje del papa».

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Relató que para los traslados aéreos está colaborando Aeroméxico, para los desplazamientos por tierra y para la fabricación de papamóviles, la compañía estadounidense Chrysler, y para las pantallas de televisión y el sonido de los actos religiosos del Pontífice, el banco mexicano Banorte.

«Todo lo que tiene que ver con el área de colocación de salas de prensa y de fibra óptica para las transmisiones ha sido Telmex, el Grupo Carso concretamente», agregó.

El coordinador general de la visita también explicó que por su condición de jefe de Estado las actividades oficiales en las que participa el papa serán financiadas por los Gobiernos federal, estatales y municipales.

Durante su visita, del 12 al 17 de febrero próximos, Francisco irá a la capital mexicana y a los estados de México, Chiapas, Michoacán y Chihuahua, donde hará su última escala en el país.

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