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Red de agua potable de la CDMX, hecha de material cancerígeno

El diario español El País reveló que la OMS recomendó suspender todos los usos del asbesto para eliminar las enfermedades que provoca

La red de agua potable de la Ciudad de México está hecha con tuberías de asbesto, un material reconocido como cancerígeno por la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó este lunes el diario español El País.

De acuerdo con el rotativo, el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), Ramón Aguirre, confirmó que “la mayor parte de la red de abastecimiento de agua potable (de la capital mexicana) es de asbesto”.

Y de acuerdo con una nota de 2014 de la OMS, “todas las formas de asbesto son cancerígenas para el ser humano.

“La agencia estadounidense para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades refiere que el agua potable puede contener asbesto de fuentes naturales o de cañerías. ‘Las fibras de asbesto no se evaporan al aire ni se disuelven en agua’, advierte, por lo que su inhalación o ingestión provoca que las partículas se alojen en los pulmones o el tubo digestivo, dañando sus células”, se lee en la nota publicada este lunes.

Aunque son conocidos los riesgos del asbesto, refiere El País, “México se ha opuesto al convenio de Rotterdam, que obliga a los países exportadores a etiquetar este producto como cancerígeno, explica la profesora Guadalupe Aguilar, miembro del Sistema Nacional de Investigadores de México”.

Esto se debe a que México, de acuerdo con la profesora, es el principal importador de asbesto -o amianto- de la región, principalmente desde Brasil y Canadá.

Ramón Aguirre Díaz, director del Sacmex, explicó al periódico español que la red tiene un promedio de 60 años de antigüedad y fue construida antes de que se conocieran los efectos nocivos del asbesto en la salud.

El funcionario capitalino detalló que los tubos de asbesto son reemplazados por otros de polietileno de alta densidad sólo hasta que se presenta una fuga o alguna falla que vuelva urgente el reemplazo.

En la delegación Cuajimalpa, por ejemplo, hay 289 mil 244 metros de tubería de asbesto cemento y sólo siete mil151 de polietileno.

Las fugas también son un factor de riesgo, según los expertos, pues al romperse el asbesto libera partículas que no se desintegran y quedan en el agua, además de que los trabajadores que reparan la fuga entran en contacto directo con el material.

“La razón por la que las tuberías de asbesto deben ser reemplazadas, según el director de Sacmex, no es el riesgo de cáncer sino su fragilidad, que provoca hasta un 40% de fugas”, informó el rotativo.

Resalta el diario que la OMS recomendó suspender todos los usos del asbesto para eliminar las enfermedades que provoca no sólo en los trabajadores expuestos sino en todos los seres humanos.

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