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El gobierno brasileño expresó su «indignación y tristeza» por la aprobación en la Cámara de Diputados del proceso de juicio político a la presidenta Dilma Rousseff, quien «no renunciará», dijo el defensor de la mandataria, José Eduardo Cardozo.
Rousseff «no renunciará» y seguirá «luchando hasta el final» por salvar su mandato, sostuvo Cardozo, ex ministro de Justicia y actual abogado general de la Unión.
La presidenta «luchará con todos los que quieren la democracia y el Estado de derecho», recalcó Cardozo, y dijo que la mandataria se pronunciará mañana acerca de la votación de este domingo en la cámara baja.
«Irá hasta el fin para escribir en la Historia que no se acobardó y que luchó hasta el final por lo que cree», explicó Cardozo, pasada la medianoche, en la primera reacción del gobierno tras la votación adversa a Rousseff.
«La decisión del Congreso hoy no abatirá a la presidenta. Ella no tiene apego a los cargos, sino a principios. Estuvo presa durante la dictadura por defender principios. No se acobardó», reiteró.
A pesar de la derrota en el Congreso, donde 367 diputados votaron por el proceso y 137 en contra, el gobierno trató de desdramatizar la situación, al estimar que la fase crucial será en el Senado, donde la instalación del juicio requiere del apoyo de la mayoría simple de los 81 senadores.
La presidenta «está abierta a dialogar cualquier solución que pase por la democracia», dijo Cardozo, ante preguntas acerca de si la mandataria podría renunciar a parte de su mandato a cambio de que se celebren elecciones generales en los próximos meses.
El abogado calificó como una «ruptura con la Constitución que supone un golpe» la iniciativa opositora de juicio político «sin que (Rousseff) esté acusada de desviar ni un centavo», sino por una cuestión contable de la que no es culpable.
«Es un golpe a la democracia, a los 54 millones de brasileños, a una Constitución que fue una conquista histórica del pueblo brasileño», subrayó Cardozo, que reiteró que la presidenta «es una mujer honesta, no involucrada en corrupción, que no tiene cuentas en el exterior».
«El golpe, si se consuma, será vergonzoso», aseveró el ex ministro de Justicia, que recordó que la situación en Brasil -una de las mayores democracias del planeta y mayor economía de Latinoamerica- genera atención de otros países.
«El mundo nos mira», dijo.
El funcionario criticó al presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, acusado por la fiscalía general ante el Supremo Tribunal Federal de beneficiarse de la trama corrupta de Petrobras, y dijo que promovió el proceso por venganza contra Rousseff, quien habría rechazado defenderle ante las investigaciones.
«Es un acto de venganza. Todos saben que la mano del presidente (de los diputados) Eduardo Cunha estuvo presente en todo momento», dijo Cardozo.
El funcionario reiteró que está «indignado» por la «paradoja» de que «el mentor del proceso» contra la mandataria sea «un denunciado en el Supremo» por corrupción y lavado de dinero.
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