La productividad del Congreso mexicano está por los suelos, pues todos los grupos parlamentarios, tanto del Senado como de la Cámara de Diputados, presentaron en ocho meses casi dos mil iniciativas, pero la mayoría están en la congeladora o fueron desechadas por ser malas propuestas.
Un recuento elaborado al Sistema de Información Legislativa (SIL) –instancia que depende de la Secretaría de Gobernación (Segob) y que monitorea la actividad del Congreso— afirma que en lo que va de la presente Legislatura se presentaron en los dos plenos 1,833 iniciativas, pero sólo 144 han sido aprobadas.
La cifra de iniciativas aprobadas en ambas cámaras del Poder Legislativo representa sólo el 7.8 por ciento de productividad total, en el periodo comprendido entre 1 de septiembre de 2015 al 5 de mayo de 2016, etapa de vigencia de la actual legislatura.
En el senado en estos primeros ocho meses de actividad, las cinco bancadas en el Senado de la República presentaron 576 iniciativas, pero de acuerdo con el SIL sólo fueron aprobadas 51 de ellas (8.8 por ciento del total), las 525 restantes siguen en calidad de “pendientes”.
En San Lázaro la historia es muy similar. Entre septiembre de 2015 al 5 de mayo de este año se presentaron mil 257 iniciativas, pero sólo 93 lograron concluir su camino al ser discutidas y aprobadas.
En este caso, el trabajo de los 500 diputados federales reflejó una productividad de 7.3 por ciento, con respecto a las propuestas presentadas por los Congresos locales, el Ejecutivo Federal, los grupos parlamentarios representados y los legisladores independientes.
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