Quienes andan cabildeando en el Senado la rápida aprobación de una serie de leyes en materia penal (miscelánea penal) es la procuradora General de la República, Arely Gómez, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Nos dicen que al gobierno federal le urge tener listo todo el andamiaje legal que aceitará el nuevo sistema penal acusatorio, pero a los señores legisladores nada más no se les ven ganas de trabajar y ya lo anda apurando para que vayan a periodo extraordinario. A ver qué tanto caso hacen, pues muchos andan ya metidos en otras dinámicas: en las campañas electorales.
Las organizaciones civiles y ciudadanas en Morelos pusieron en evidencia al gobernador Graco Ramírez y a su gobierno por la falta de protocolos y de procesos para sepultar a 150 personas en calidad de desaparecidas en una comunidad en Cuautla. Aunque el gobernador ha intentado justificar de mil formas su gestión en ese tema, sólo se hunde más. Ahora tuvo que intervenir Javier Sicilia, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, para acordar con PGR y CNDH la exhumación y toma de perfiles genéticos de las 150 personas enterradas en las fosas a pesar o por encima de un gobernador que quería dar carpetazo al tema.
Como un “auténtico sabadazo” fue calificado el traslado de Joaquín “El Chapo” Guzmán a un penal de Ciudad de Juárez por el presidente nacional del Morena, Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño agregó que es muy raro y sospecho ese movimiento y pidió al presidente Enrique Peña Nieto informar sobre este plan que le huele a extradición del capo a los Estados Unidos. ¿Hay más seguridad en esa cárcel que en la de Almoloya? ¿Es por la extradición? ¿Por qué tanto sigilo? Peña Nieto tiene que informar ¿Es mucho pedir? se cuestionó el ex jefe del gobierno capitalino.
Y si de festejos hablamos, el que se voló la barda y casi casi sirvió frijol con gorgojo fue el titular de la delegación Azcapotzalco de Morena, Pablo Moctezuma, quien dio a sus invitadas, las trabajadoras de la demarcación, unos cuantos pedazos de carne, un bolillo, dos panes dulces y un vaso con agua. Por cierto que el episodio, como todas las cosas que suceden en la delegación, hubiera pasado desapercibido si el fin de semana, luego de la comida, varias trabajadoras se manifestaron en las calles de la delegación por un trato digno.
