El fantasma de las elecciones ya se apareció en el Congreso y si hace unos días era muy complicado concretar los acuerdos para un periodo extraordinario, hoy de plano esa posibilidad no existe pues resulta que en los 12 estados que renovarán gubernaturas todos los partidos se están dando hasta con pica hielos, a tal grado que el coordinador del PRI en San Lázaro, César Camacho, dijo que mejor hay que aguantar un poco «para no contaminar» el legislativo con lo electoral, por lo que habrían acuerdos para después del 5 de junio .
Y quienes ya dan por hecho que ganarán varios estados del país, son lo panistas. Los blanquiazules ya presumen que al menos en el bolsillo tendrán Aguascalientes, Tamaulipas, Veracruz y Quintana Roo, y dicen que aunque el PRI de gritos y manotazos, no hay poder humano que se los arrebaten. Los panistas aunque fracturados aseguran que ganarán más estados de los que esperaban y presumen que los candidatos más competitivos son afines al PAN sobre el PRD.
Juan Ayala, el poderoso secretario general del Sindicato de Trabajadores del Gobierno capitalino, no pierde oportunidad para asegurarle a sus agremiados que la administración de Miguel Ángel Mancera pretende privatizar servicios públicos (nadie sabe y nadie supo cuáles) para concertar su simpatía rumbo a la elección de los integrantes del Congreso Constituyente, aunque es muy conocido que el sindicato goza de una relación muy buena entre su líder y el gobierno capitalino que ya anda en campaña.
Esta nueva promesa se suma a la que les hizo hace unas semanas en el sentido de que, de salir electo para ocupar un lugar en la Asamblea que redactará la constitución de la Ciudad de México, basificará a todos los trabajadores que se encuentran en el régimen de Nómina 8.
La Silla Rota publicó días previos a la visita del Papa Francisco a México que el Gobierno del municipio de Ecatepec pintó de un día para otro varias casas de sus habitantes con colore alusivos al PRI, esto para que se viera menos fea la realidad de uno de los municipios más conflictivos del Estado de México.
La pintura era gratuita y quienes así lo desearan podrían pedir al municipio que se les pintaran sus casas, el asunto es que pasados tres meses de la visita del Pontífice, la pintura que sobró se vende en 200 pesos la cubeta.
