Las autoridades de México quizá deban considerar la posibilidad de atrapar algunas de las pocas vaquitas marinas aún vivas para tratar de reproducirlas en cautiverio o semicautiverio, se afirma en un nuevo informe.
La vaquita es la marsopa más pequeña que se conoce, y su población asciende a sólo cerca de 60 ejemplares en el Golfo de California, el único lugar donde existe.
En su informe, el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita dice que debe considerarse la conservación fuera de su hábitat natural, a lo cual se le llama ex situ. Ello significaría poner a los ejemplares en criaderos, sea en aguas costeras o en otros lados.
Algunos expertos se oponen a tal medida porque, dicen, podría causar la muerte de las pocas vaquitas que quedan. El comité, conocido como CIRVA, reconoció los riesgos involucrados. Nadie ha tenido nunca vaquitas en cautiverio, ni mucho menos han sido criadas así.
«Al tiempo que reconoció los riesgos y las complejidades de un enfoque de este tipo, el CIRVA concluyó que está garantizado el trabajo de campo para determinar la viabilidad de las acciones de conservación ex situ para la vaquita», señala el informe. «El CIRVA acordó en forma unánime que la captura de todas las vaquitas restantes no es una estrategia viable de conservación para las vaquitas, que deben, principalmente, ser protegidas en su hábitat natural».
Omar Vidal, director de la oficina en México del Fondo Mundial para la Naturaleza, dijo que «capturar vaquitas para criarlas sería demasiado riesgoso y no es una opción viable».
«Con sólo unas 60 vaquitas restantes, simplemente no podemos correr el riesgo de matar a algunas mientras experimentamos. ¡Cada vaquita cuenta!», agregó.
«No veo otra forma de salvar esta marsopa que enfocando todos los esfuerzos y recursos en eliminar sus fallecimientos accidentales en actividades de pesca», señaló Vidal.
Ambas partes están de acuerdo en que los esfuerzos actuales de México no han dado resultado y que la especie se encuentra en una espiral de muerte. Desde que se hicieron los últimos cálculos de su población en diciembre, cuando menos se han encontrado otras tres vaquitas sin vida, todas muertas por redes.
«La especie avanza a toda prisa rumbo a la extinción», escribió el CIRVA. «Incluso bajo escenarios optimistas sobre tasas de reproducción y supervivencia, una captura de sólo tres animales por año probablemente resultará en que continúe el declive».
Las vaquitas están amenazadas principalmente por la pesca con red en busca de pescado totoaba, otra especie en peligro de extinción en el área que es atrapado para quitarle su vejiga natatoria, considerada un manjar en China.
En abril de 2015, las autoridades mexicanas anunciaron un plan de 70 millones de dólares para prohibir la pesca con red en aproximadamente la mitad de la parte norte del Golfo de California, también conocido como Mar de Cortés. El plan prometía compensar a los pescadores por no usar redes y les proporcionaba redes alternas más seguras.
Sin embargo, no ha resultado eficaz por razones que van desde el precio de la pesca —una vejiga natatoria de totoaba puede venderse en 5.000 dólares en Estados Unidos y en el doble en Asia— hasta la ineficiencia en el programa de compensación. Algunos dicen que bandas criminales podrían estar involucradas en el comercio ilícito.
La comisión dijo que el gobierno mexicano debe aplicar las normas contra las redes, o prohibir toda la pesca en el extremo norte del Golfo de California.