La Prefectura de Policía de París anunció hoy la prohibición de la décima macro-manifestación contra la reforma laboral convocada por los sindicatos para este jueves en esta capital, ante el riesgo de nuevos incidentes de violencia.
La decisión, que provocó una fuerte polémica, fue anunciada luego de que la Prefectura no alcanzara un acuerdo con los principales sindicatos del país sobre el desarrollo de la marcha, convocantes de la protesta, informaron fuentes policiales.
La Prefectura había propuesto a los sindicatos que celebraran una concentración “estática” en una céntrica plaza parisina pero las centrales sindicales no aceptaron y pidieron autorización para una marcha cuyo cortejo discurriría entre dos plazas de la capital.
En la última manifestación contra la reforma laboral francesa, en la que participaron 75 mil personas según la policía, un millón según los sindicatos, al menos 58 personas fueron detenidas y 40 resultaron heridas, entre ellos numerosos policías, y un hospital infantil fue atacado.
Debido a los violentos incidentes, que se suceden desde hace tres meses, en París, por primera vez desde el inicio de las protestas en marzo, la policía empleó un cañón de agua para dispersar a los manifestantes de las protestas además de gases lacrimógenos.
La última vez que en Francia se prohibió una manifestación de este tipo fue en 1967, de acuerdo a medios locales.
Numerosos políticos de izquierda, incluidos miembros del partido socialista gobernante, expresaron su desacuerdo con la decisión de prohibir la manifestación en París.
Los dos sindicatos convocantes de los paros, la CGT (Confederación General del Trabajo), el principal sindicato galo, y el sindicato Fuerza Obrera (FO), solicitaron luego de anunciarse la prohibición un encuentro con el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
La protesta fue convocada para exigir al gobierno la retirada de la reforma laboral de la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, que los sindicatos consideran que vulnera los derechos adquiridos de los trabajadores y que ha provocado una batalla entre sindicatos y gobierno y una fuerte caída de popularidad del ejecutivo.
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