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Proyecto de planta de residuos orgánicos de la CDMX está detenido

El Gobierno de la Ciudad de México busca posicionarse como una de las metrópolis que generan energía sustentable a partir de la utilización de desechos orgánicos; sin embargo, las acciones para lograr este objetivo, caminan a paso lento.

A pesar de que el Gobierno capitalino ya cuenta con el terreno para construir una planta de biodigestión, cuya finalidad es reutilizar los residuos orgánicos de la Central de Abasto, el proyecto no avanza.

Hace tres años el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, presentó el Plan Integral de Manejo de Residuos Sólidos 2013-2018 y entre sus acciones se encuentra la operación de una planta compactadora de residuos sólidos urbanos y una planta de biodigestión, las cuales forman parte de la modernización en la infraestructura de la Central de Abasto (CEDA) de la Ciudad de México.

Si bien la planta compactadora ya está funcionando, la de biodigestión ni siquiera empieza su construcción, pues fue el pasado 20 de junio, cuando se aprobó la cesión de un terreno de la CEDA para este objetivo.

En esa fecha, el Comité Técnico y de Distribución de Fondos del Fideicomiso para la Construcción y Operación de la CEDA, aprobó la instalación de la infraestructura en la CEDA para iniciar el proceso de reutilización de los residuos orgánicos.

La planta de biodigestión –la primera de dos que se pretenden construir en el mediano plazo–, ocupará un terreno que el Fideicomiso de la CEDA (FICEDA) cedió al Gobierno como patrimonio de la Ciudad de México, pero si por alguna circunstancia esta obra no llega a construirse, lo recuperará la Central de Abasto, según cita el convenio firmado por ambas partes.

“El polígono comprendido entre las calles Eje 6 Sur, Canal de Río Churubusco y Hualquila, formará parte del Patrimonio de la CDMX para destinarlo exclusivamente para el diseño, construcción, arranque, operación y mantenimiento de una Planta de Biodigestión anaerobia”, señala el acuerdo firmado por el Gobierno capitalino y el FICEDA.

En el documento se afirma que dicha planta de biodigestión tendrá la capacidad de procesar, al menos, 650 mil toneladas de residuos por año, para la generación de energía eléctrica que será entregada al Gobierno de la Ciudad de México.

Hay desconocimiento del tema

Para Hugo Alfredo Alonso Ortiz Secretario General de la Sección 1 Limpia y Transportes del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), este proyecto traerá beneficios no sólo ecológicos para la ciudad sino también económicos, al reducirse los costos por fleteo, es decir, el traslado de residuos a otras entidades.

A pesar de los aspectos positivos de la Planta de Biodigestión, el líder de los trabajadores de limpia confirmó que sí han oído hablar del proyecto, pero oficialmente, las autoridades del Gobierno local no les han informado al respecto.

“La primera –planta de biodigestión-, sería la de la CEDA, pero todavía no hay ningún plan que se nos haya presentado a nosotros. Sí sabemos del biodigestor, pero todavía no conocemos el proyecto bien, nos lo tiene que presentar”, señaló.

Explicó que la mayoría de la basura que se genera por separación, particularmente la orgánica, se genera de las delegaciones Milpa Alta, Coyoacán, Magdalena Contreras y Tlalpan y en mercados como Jamaica, La Merced, la Central de Abasto y los rastros de Iztacalco, Venustiano Carranza y Azcapotzalco.

Para el ingeniero José Luis Luege Tamargo, presidente de la asociación civil Ciudad Posible, la construcción de una planta de biodigestión sería favorable para la ciudad; sin embargo, la administración capitalina carece de una política energética clara y sustentable.

“Por supuesto que es súper rentable y necesaria una planta que aproveche toda la biomasa. Eso puede generar, a través de biodigestores, una enorme cantidad de biogás que es principalmente metano y con ello generar energía eléctrica”, afirmó.

Sin embargo, desde su punto de vista, difícilmente este proyecto podría concretarse en la actual administración mancerista.

“Por lo menos en dos ocasiones declararon desierta la licitación –para esa planta–, no sé si volvieron a licitar o no, pero desde el inicio de la administración de Mancera la iban a construir y estamos ya en el cuarto año y no veo yo que vayan a construirla”, estimó.

Para el también ex director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) este tipo de infraestructura es necesaria, sobre todo, cuando la Central de Abasto genera entre 600 y 700 toneladas diarias de material de basura orgánica.

“Sería muy buena acción del Gobierno de Mancera, pero a como van las cosas, no creo que la vayan a construir, como ha pasado con el Bordo Poniente. Es falta de interés, de compromiso con el medio ambiente de parte de la administración”, insistió.

Por ello, Luege Tamargo consideró que la actual administración capitalina utiliza un doble discurso porque se habla de sustentabilidad, pero esto no existe en la ciudad.

“Es una mentira que la ciudad sea de las más sustentables, efectivamente es el discurso, hablan de sustentabilidad, pero no es cierto, se está muy lejos de tener una agenda en energía solar, en aprovechamiento de biomasa, en tratamiento y aprovechamiento de los lodos de aguas negras, podríamos generar muchísima energía de la que se consume en la ciudad, pero actualmente no hay ninguna acción de mejora”, concluyó.

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