¿Qué les parece si antes de platicar sobre el nuevo proyecto hacen un balance del Unplugged. ¿Qué les dejó esa experiencia?
— Fue una experiencia muy padre en todos los sentidos, un proyecto muy ambicioso. Muchos de nosotros crecimos con MTV, que se ha ido transformando, ya es otra cosa, pero crecimos con esa cultura de los videos y los unplugged, así que para nosotros era un sueño hacer algo así. Y para nosotros, que somos un grupo electrónico, se convirtió también en un gran reto hacerlo acústico. Hicimos un par de giras con ese proyecto para ahora vamos a retomar nuestras raíces.

¿Con el Unplugged llegaron a públicos o escenarios a los que no habían llegado?
— Llegamos a gente nueva que nunca había escuchado a la banda. Con ese disco se abrió el camino hacia la gente que le gusta más el rock.

¿Qué aprendizaje les dejó MTV Unplugged? ¿Qué descubrieron de Kinky que no conocían?
— Lo más importante es ver que podemos hacer cosas que ni siquiera imaginábamos. Muchas veces por tener 10 ó 15 años de tocar con un grupo o tener ya una manera de expresión, crees que ya todo está descubierto y que no pueden pasar cosas nuevas. El Unplugged es el mejor ejemplo de la renovación de una banda. A pesar de tener tanto tiempo trabajando juntos, todos nos reinventamos e hicimos cosas como si fuéramos otro grupo, no nosotros.

Pero ahora se cierra ese capítulo en la historia de Kinky y empieza a escribir  un nuevo episodio rumbo al próximo disco…
— Así es. Desaparecer es el primer sencillo de un disco que hemos estado haciendo en partes. Esta es una primera etapa de canciones, porque lo hemos estado haciendo de una manera diferente, estamos haciendo canciones, pero también videos, no como usualmente se hacen las cosas, que te concentras en el disco y luego en los videos. Ahora hemos estado haciendo videos antes de los discos, es una mezcla rara.

Entonces ustedes aplican eso de “el orden de los factores no altera el producto”
— Exactamente, de hecho creemos que así se va a llamar el disco (risas). Con lo que está pasando ahora con los medios de comunicación y las redes sociales, no es como antes que tenías que sacar un disco completo. Ahora la gente ni siquiera escucha un disco, escucha sólo una canción, así que aprovechamos eso que está sucediendo. Ahorita pensamos que Desaparecer se incluirá en el disco, pero luego quizá decidamos que no, a lo mejor grabamos otras canciones. Estamos trabajando con esa apertura.

Con base en lo que ya tienen grabado, ¿cómo pueden definir al nuevo disco de Kinky? ¿Se mantiene su esencia musical? ¿Experimentan con nuevos ritmos?
— La gente va a bailar, es lo que te podemos decir.

¿Y en cuánto a letras, a qué le van a cantar ahora? ¿Nos pueden dar un adelanto?
— Las letras las hace Gil Cerezo, el vocalista de la banda,  y habla de las cosas en las que andamos, en los viajes, en las fiestas, en el rock and roll. Todo eso es en lo que Gil se inspira, en el desmadre y en las cicatrices de amor.

¿Hay fechas tentativas para el lanzamiento del álbum?
— No, no hay. Hay fechas tentativas para el nuevo sencillo, que es en noviembre. Pero creemos que el disco saldrá en los primeros tres meses del siguiente año, pero ya sabes cómo es esto, que de repente hay retrasos.

Haciendo una retrospectiva de estos 17 años de historia de Kinky, ¿cómo se ven?, ¿ya llegaron a donde soñaban?
— Nos falta mucho todavía por hacer, creo que apenas estamos empezando, nos falta demasiado, más discos, más eventos, más viajes. Pero estamos satisfechos como grupo, porque hemos logrado muchas cosas, ni siquiera imaginamos tener un grupo y vivir tantas aventuras.

Por último, ¿tienen alguna meta por cumplir como banda? ¿Tienen asignaturas pendientes?
— Creo que nunca nos hemos puesto metas, esta carrera ha sido meramente espontánea y sólo nos hemos dejado llevar por las olas.

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