La secretaria general del PRI, Carolina Monroy del Mazo consideró que la percepción de que los gobiernos emanados de este partido son los que han fallado es errónea, ya que los malos gobiernos han sido de todos los partidos.
Existe una estrategia de denostación del resto de los partidos hacia el tricolor, advirtió, pero los malos gobiernos han sido de todos, aunque en proporción el Revolucionario Institucional tiene más gubernaturas comparado con cualquiera de los otros institutos políticos.
“Hay muchos temas que aclarar en gobernantes emanados de otros partidos políticos, no sólo del PRI”, por lo que es necesario hacer un análisis serio y puntual del actuar de todos los institutos políticos y sus gobiernos, expuso en un comunicado.
Además, señaló que hay una demanda ciudadana en el sentido de que los priistas “tenemos la obligación de ser ejemplares en nuestro desempeño y en eso estamos trabajando”.
Así, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) vive en estos momentos un proceso de renovación profundo y no sencillo, mediante un trabajo estructural, bajo el argumento de que de lo malo hay que sacar lo bueno.
Por ello, subrayó que a partir de ahora es indispensable que la transparencia, la eficiencia y la honestidad de los gobiernos debe ser el primer compromiso que oferten y garanticen los partidos políticos.
Afirmó que ha habido buenos y muy buenos gobiernos emanados del PRI, otros han fallado y otros más con serias observaciones, cuyo final está en proceso y a los cuales no se les debe calificar ni nombrar, aunque tampoco negar.
La diputada federal reconoció que la ciudadanía se manifestó en contra de lo que no le gusta de los gobiernos y este sentir lo hizo incluso, contra el PRI, factores ya se toman en cuenta para el trabajo y el futuro de la oferta política del partido.
A pesar de que el PRI perdió en los comicios pasados cinco gubernaturas, ganó de manera absoluta el congreso local, lo que lo ubica como el partido político mayoritario en preferencias de los mexicanos.
Monroy del Mazo precisó que estos resultados se traducen en que la ciudadanía demanda que quienes aspiren a ser sus gobernantes “sean gente seria, de probada trayectoria y absolutamente transparente, con preparación.
