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La columna de Vicente Amador: buenos para criticar, ¿y para hacer ejercicio?

En el marco de los Juegos Olímpicos, y ya que por lo visto hemos sido muy agudos para criticar a alguna atleta mexicana por su aparente sobrepeso, resulta conveniente preguntarse: ¿qué tanto practicamos algún deporte o nos ejercitamos físicamente los mexicanos?

Voces de gran relevancia, como la Organización Mundial de la Salud, subrayan los beneficios del deporte para mejorar las funciones cardio-respiratorias y musculares, la salud ósea y para reducir el riesgo de muchas enfermedades, incluyendo la depresión —que afecta a más de 350 millones en el mundo.

La recomendación de la OMS es acumular un mínimo de 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada (por ejemplo caminar), o bien 75 minutos de actividad física aeróbica vigorosa cada semana (como correr o andar en bicicleta), o una combinación equivalente de actividades moderadas y vigorosas. Al respecto, ¿cómo andamos los mexicanos?

El 56% de la población mexicana de 18 años y más en área urbana es inactiva físicamente. El grupo de 18 a 24 años —tanto en hombres como en mujeres— es en el que hay más personas ejercitándose. El tiempo promedio semanal que la población dedica a realizar deporte o ejercicio físico es de 3 horas con 37 minutos (MOPRADEF, 2016). 

La información sobre el horario de preferencia para el ejercicio nos dice que más del 40% de los mexicanos preferimos la mañana, un 30% en la tarde y el 20% en la noche. Respecto al lugar de preferencia para hacer ejercicio, poco más de dos terceras partes de la población activa físicamente acude a instalaciones públicas, mientras que el 30% lo realiza en instalaciones privadas como gimnasios, clubes, domicilios particulares o instalaciones de su lugar de trabajo o estudio (MOPRADEF, 2016).

Y justo sobre esto último quiero resaltar el esfuerzo de muchas organizaciones que reconocen la importancia del ejercicio y facilitan a sus colaboradores el ingreso a gimnasios, clubes deportivos y, cada vez más, instalaciones para estos fines en los mismos centros laborales. Me parece que es algo que los miembros de estas corporaciones apreciamos mucho. 

La principal motivación para hacer ejercicio, dice el 60% de los encuestados, es por salud. El 20% dijo que era por verse bien. A veces he sospechado que a esta cifra le falta algo de sinceridad y que más del 20% lo hace por estética y menos por salud. Ahí juzgue usted. La experiencia es la estadística personal. 

¿Y por qué no hacemos ejercicio? En el caso de la población que nunca practicó actividad físico-deportiva, las razones principales que declaran son: en primer lugar la falta de tiempo y en mucho menor medida el cansancio por el trabajo y la pereza. También se argumentan problemas de salud, inseguridad, falta de dinero y de instalaciones.

Dos últimas perlas de sabiduría popular al respecto: “el que quiere, puede” y “el interés tiene pies”.

 

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