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La columna de Piggo: una tragedia llamada “Estoy endeudado”

En pleno caos vehicular de un viernes de quincena con amenaza de tormenta, no te queda de otra que respirar profundamente y hacerte a la idea de que vas pasar mucho tiempo ahí.

Y como la cosa va para largo, tienes de dos: hablar con el chofer del taxi o jugar Pokémon hasta que te sangre el pulgar.

Yo opté por la primera opción.

De una forma u otra nuestra plática se desvió al tema del dinero. El pobre hombre pasaba 12 horas en su auto para pagar sus deudas -arriba de 20 mil pesos al mes- y apenas salir de los gastos de la vida diaria.

“Este mes casi no llego”, atinó a decir mientras arrojaba un suspiro al vació diciendo “hoy sólo traigo 50 pesos que me dio un cliente de propina”.

Y eso ya es una verdadera tragedia por donde lo quieras ver. 

Para nuestro infortunio, las deudas tienen un efecto similar a la de una ‘bola de nieve’, es decir, van creciendo. Las viejas deudas empiezan a combinarse con las nuevas y así sucesivamente hasta que todo el dinero que generamos se va directo a pagarlas.

¡Vaya lío! ¿No? 

Si no quieres que este tipo de dramas sean parte de tu vida, te dejo 5 situaciones para que reflexiones si no quieres que te controlen la deudas:

1. Cada vez te alcanza para menos: estirar el gasto es algo que traemos los mexicanos en la sangre, quizá se deba a nos pasamos de largo con las compras con la tarjeta o nos lanzamos a comprar algo muy grande y para lo cual no estábamos listos. Si es tu caso es hora de hacerte una “buena limpia”.

2. Todo lo tengo bajo control: creer que en cuanto a nuestras deudas, todo lo tenemos bajo control muchas veces es una ilusión y un consuelo. Para que esto sea de verdad, necesitas ponerte límites y respetarlos a pesar de que aún podamos gastar más y de que nos muramos por tener algo.

 3. Ya no es suficiente una sola tarjeta de crédito: si con la tarjeta que tienes no te está alcanzando, sólo significa una cosa: estás abusando de ella. Limpia a fondo este problema y cuanto antes, mejor. ¡Ah, y la próxima vez que te llamen para ofrecerte una tarjeta recuerda decir que no!

4. Preocuparse después: muchas veces nos aventamos sin tomar en cuenta las consecuencias. Y esto aplica en todos los terrenos de la vida, pero más en el dinero. Comprar un auto o una casa es una decisión que hay que pensar y pensar y seguir pensando hasta que estemos listos económicamente. De otra manera, se convertirá en una penitencia que te acompañará por mucho tiempo. Así que evalúa tu situación y si estás preparado, no lo dudes.

5. Sientes que no avanzas: la sensación de estar estancado no es nada agradable, porque más que hagas no pasa nada. Si tu libertad financiera no jala ni para adelante ni para atrás hay algo que te está anclando. Para que no te quedes varado por siempre, rompe con las cadenas de la deuda y dirígete a un futuro mejor.

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