¿Es un mito o un realidad? Hay quienes aseguran que comer carne produce un olor corporal más fuerte que los que no la comen. Y frecuentemente, algunos artículos sobre vegetarianismo mencionan esta ventaja.
En 2006, un grupo de investigadores checos realizó un estudio para tener alguna evidencia sobre el supuesto. Reclutaron a 17 voluntarios para que comieran abundantes cantidades de carne por dos semanas consecutivas. Luego de eso, debieron evitarla completamente en su dieta por otras dos semanas más.
En el último día del experimento, se tomaron muestras de ambos grupos y se les pidió a un grupo de 30 mujeres que calificaran que tan atractiva, masculina e intensa era su esencia corporal.
Las mujeres mostraron un comportamiento consistente en calificar el aroma de los que no habían comido carne como el más atractivo y masculino, pero menos intenso. Con base en eso, los investigadores especularon con la idea de que el olor de los comedores de carne estaba influenciado por los mayores niveles de grasa de la carne roja como factor principal.
Más allá de la pequeña muestra que respetó el estudio, esto sacó a la luz una lógica bastante esparcida entre la población. Los contenidos de los fluidos corporales, ya sea sudor, orina o semen, están directamente relacionados con los nutriendo que nuestro cuerpo procesa y con los desechos que no.
El olor corporal se ve afectado por los alimentos.
Cero carne en la primera cita
Otra encuesta realizada en Nueva Zelanda, reveló un dato muy interesante. La mayoría de los veganos, especialmente las mujeres, eran mucho menos receptivas con la idea de salir con un carnívoro. Muchos de los veganos citaron como una de las razones el intenso olor corporal emanado por un carnívoro regular.
Así que ya saben. Quizás quieran evitar ese trozo tierno y jugoso de filete en su primera cita. Tal vez por un largo tiempo.
Dicen que “eres lo que comes” y quizán prefieran evitar la carne en una cita.
