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Sorprendente hallazgo identifica por primera vez cuatro especies de jirafas

El número de ejemplares y los hábitats a través de África siguen disminuyendo debido a amenazas de origen humano, debido en gran parte la caza

De manera sorpresiva, un análisis genético reveló por primera vez que las jirafas -unos de los animales más emblemáticos de África- no son un taxón homogéneo sino que pertenecen a cuatro especies distintas.

Previamente se creía que las jirafas pertenecían a una sola especie y estaban clasificadas en varias subespecies con base en sus patrones de piel y al área en donde habitan. Sin embargo, una inspección más cercana de sus genes mostró que existen cuatro linajes distintos.

Un equipo de investigadores de Alemania, Estados Unidos y Namibia condujo un análisis genético nuclear y mitocondrial de todas las subespecies de jirafas actualmente reconocidas y descubrieron diferencias a nivel de especie.

Las jirafas no son una sola especie, “están profundamente estructuradas en cuatro grupos genéticos distintos”, afirma Axel Janke, genetista de la Universidad Goethe en Frankfurt, Alemania, y autor principal de la investigación.

“Nuestros resultados demuestran que la mayoría de las subespecies de jirafa se componen de linajes genéticamente divergentes”, sostiene Janke en un artículo publicado en la revista científica Current Biology.

El estudio evaluó la distribución de siete secuencias genéticas específicas -elegidas para permitir a los investigadores medir la diversidad genética- en el ADN nuclear de biopsias de piel de 190 jirafas y analizaron el ADN mitocondrial de 105 animales.

Las secuencias cayeron en cuatro patrones distintos que sugerían fuertemente especies separadas, “cada una de ellas casi tan diferentes una de otra, como el oso pardo y el oso polar”, destaca el genetista alemán.

Los investigadores sugieren el reconocimiento de cuatro especies: jirafa del sur (que habita Sudáfrica, Namibia y Botswana); jirafa del Masai (Tanzania, Kenia y Zambia); jirafa reticulada (Kenia, Somalia y sur de Etiopía); y jirafa del norte (centro y oriente del continente).

La única subespecie restante sería la jirafa de Nubian (de Etiopía y Sudán del Sur) derivada de la especie del norte.

“Fue un hallazgo sorprendente”, asegura Janke y refiere que las jirafas son muy móviles, animales de amplio alcance que tendrían muchas posibilidades de cruzarse en la naturaleza, pero “¿qué las ha mantenido separadas?”, se preguntó.

Janke especula que los ríos u otras barreras físicas han mantenido separadas a las poblaciones de jirafas lo suficiente como para que surjan nuevas especies.

Los hallazgos tienen implicaciones obvias para la conservación, ya que todas las especies de jirafa deben ser protegidas, con especial atención la reticulada y la del norte.

Cada una de estas especies tiene menos de 10 mil individuos, según datos de la Fundación de Conservación de la Jirafa, la cual precisa que el número total de jirafas se ha reducido de los más de 140 mil individuos a finales de 1990 a menos de 80 mil en la actualidad.

El número de ejemplares y los hábitats a través de África siguen disminuyendo debido a amenazas de origen humano, debido en gran parte la caza.

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