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Enfermedades se agravan en choferes de transporte público

Los operarios están expuestos a largas jornadas de trabajo, estrés, mala alimentación y carecen de seguridad social y de salud

Las condiciones bajo las cuales los operarios del transporte público en la Ciudad de México ejercen su actividad influyen en agravar enfermedades generalizadas en la población mexicana como diabetes, hipertensión, obesidad, triglicéridos, colesterol alto, pérdida auditiva y de la vista, fatiga crónica, neurosis, entre otras.

Así lo alertó en entrevista con Publimetro el coordinador de investigación del Centro para el Fomento de la Educación y la Salud de los operarios del Transporte Público de la Ciudad de México (Cenfes), Francisco García Olsina.

Señaló que dichas condición que impactan de manera negativa en la salud de los choferes son jornadas laborales de hasta 14 horas, mala alimentación en la calle, estrés generado por el congestionamiento vehicular, el sedentarismo, y la carencia de seguridad social y poco acceso a servicios médicos.

El Cenfes, a petición de la Secretaría de Movilidad, realiza evaluaciones médicas y de pericia y da capacitación a los candidatos a obtener una Licencia Tarjetón tipo B (para conducir taxi), C (para microbús), E (transporte escolar), D (transporte de carga) y E (transporte especializado).

En conjunto con médicos especialistas, el Cenfes ha analizado su base de datos y ha podido concluir que las condiciones de trabajo de los operarios de transporte público influyen de manera directa y negativa en su salud, y muchos de ellos no lo saben.

En 2014 el Cenfes publicó la investigación Experiencias, percepciones, vivencias y propuestas de los operarios del transporte público, en la que se determinó, por ejemplo, que durante días muy soleados los choferes se lastiman la vista por los reflejos de la luz solar en pavimento y cristales.

García Olsina dijo que han detectado que muchos operarios tienen su primer encuentro médico por primera vez en las pruebas de Cenfes, por lo que se enteran de que tienen un padecimiento crónico cuando buscan obtener su licencia para desempeñar su actividad, lo cual refleja la falta de acceso a servicios de salud.

De acuerdo con la investigación antes referida, “poco más del 40% de los operarios cuenta con seguridad social. La afiliación que predomina es el Seguro Popular, seguido del IMSS y en menor medida el ISSSTE. La mayoría de los encuestados manifestó que la afiliación es proporcionada a través de otro empleo o bien de la pareja o familiar”.

En cuanto a la alimentación, el coordinador de investigación apuntó que en aras de ahorrar recursos y eficientar el tiempo para seguir laborando, los operarios del transporte público comen en la calle, por lo que “acceden a una alimentación que no es la mejor nutricionalmente hablando y eso va jugando en contra”.

Datos de esa organización exhiben que “menos del 40% lleva lunch a su jornada de trabajo, aunque suelen ser alimentos ligeros como fruta y sándwich y un 30% come diario en la calle”.

Cenfes practica exámenes de química sanguínea a los operadores, además de un estudio general de orina para detectar enfermedades del riñón o en vías urinarias, “muy típicas en el trabajo sedentario, que no tiene condiciones para ir al baño y muchas veces los choferes tienen que aguantarse”.

También se toman medidas, peso, talla, circunferencia abdominal, lo cual permite tener un panorama general del operario; además se le remite a una consulta con el médico de Cenfes donde se le recomienda llevar un control adecuado de su salud.

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